El posible cierre de TikTok quizás no represente una gran pérdida para los usuarios, que seguirán consumiendo contenido en formato de reels de Instagram, Shorts de YouTube o incluso series en Netflix. Meta, propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp, ya se ha preparado para absorber la posible migración, reforzando servidores y optimizando sus sistemas.
Pero para creadores de contenido y anunciantes, el impacto va mucho más allá de un simple cambio de aplicación .
En un mundo donde las plataformas van y vienen, ¿tiene sentido seguir alquilando audiencias o es momento de volver a lo básico y construir una base propia, con los datos bien guardados, como hacíamos antes?
Las restricciones a plataformas digitales no son ninguna novedad:
“India prohibió TikTok en 2020 y sus 200 millones de usuarios buscaron alternativas. EE.UU. ya estuvo a punto de hacerlo ese mismo año.
En Europa, varios países y organismos han vetado su uso en dispositivos oficiales”, señala el diario español El País. Incluso China, el país de origen de la app, no permite en su territorio ninguna de las grandes apps estadounidenses.
A lo largo de los años, otras redes han enfrentado bloqueos sin que esto signifique su desaparición definitiva. Brasil, por ejemplo, prohibió X (antes Twitter), que más tarde volvió al país con un número de usuarios enorme. Sin embargo, este caso es diferente.
No se trata solo de una red social más enfrentando restricciones, sino de la plataforma de más rápido crecimiento en la historia.
Mientras que Facebook tardó más de cuatro años en alcanzar los 500 millones de usuarios, TikTok logró esa cifra en solo tres.
Además, su bloqueo temporal en Estados Unidos, aunque duró solo unas horas, envió un mensaje contundente: una plataforma con millones de usuarios puede quedar inaccesible de un momento a otro.