No era ese tipo de chica, yo no nací para decir "te quiero" y "te necesito" a cada instante de mi vida a tu lado.
Pero puedo jurar y corroborar, que mientras tu cogías mi mano, entrelazabas tus dedos con los míos y posabas tus carnosos labios en mi mejilla libre de maquillaje y al mismo tiempo, los míos articulaban un tímido "te quiero" que apenas pudiste escuchar .
Durante ese instante, me dí cuenta de que me había perdido a mí misma en tus dos celestes y sabía que no había vuelta atrás. Mi corazón pasó a ser tuyo y no me dí cuenta de que jamás me lo devolverías, que te aferrarías a el de tal forma que hacía daño mirarte.
No vi venir, que en el momento que soltaste mi mano, mi boca no volvería a articular un "te quiero" tan sincero y tan puro como aquel.
Y me fastidió, me fastidió decirte algo tan puro y que tu lo jodieses todo, por una falsa realidad.
Pero lo siento, ese "te quiero" sincero, jamás volverá. Ni a ti, ni a nadie más, porque si algo aprendí de quererte fue, que primero voy yo y luego él.