¿Te has sentido alguna vez como si no encajaras en el mundo que te rodea? ¿Como si, a pesar de tus esfuerzos, algo te impidiera sentirte a gusto contigo mismo? Yo también estuve allí. Recuerdo aquellos años en los que me sentía excluido, como si mis gustos, mis opiniones y mi forma de ser fueran "diferentes" a lo que la mayoría esperaba .

Primero, es fundamental aceptar una verdad muy poderosa: eres único. Nos enseñan a seguir la corriente, a encajar, a ser como todos los demás. Pero lo que realmente nos hace especiales son esas pequeñas diferencias que nos distinguen: nuestros gustos, nuestras formas de expresarnos, lo que nos hace ser quienes somos. No dejes que la presión social te haga ocultar esa esencia. Aceptar y abrazar nuestra unicidad es el primer paso hacia el amor propio.

El siguiente paso, aunque parece sencillo, es uno de los más importantes: hablarte bien a ti mismo. Todos, en algún momento, hemos tenido esa voz interna que nos critica, que nos dice que no somos lo suficientemente buenos. Pero es crucial cambiar esa narrativa. Al principio, puede ser difícil creértelo, pero con el tiempo, tu mente comenzará a interiorizar esos pensamientos positivos. Recuerda, como si hablaras a un niño pequeño, tu mente necesita ser guiada hacia lo positivo para que realmente empiece a creerlo.

Otro aspecto fundamental es aprender a pasar tiempo a solas. En un mundo hiperconectado, solemos depender de la validación externa para sentirnos bien. Pero la verdadera confianza proviene de ser capaz de disfrutar de tu propia compañía. Cuanto más tiempo dediques a conocerte, a disfrutar de las cosas que amas hacer solo, más fuerte será tu autoestima. De hecho, cuando te rodees de otras personas, tu confianza será aún mayor, porque ya habrás construido un sentido de valor que no depende de los demás.

Y aquí viene un punto que puede parecer desafiante: sal de tu zona de confort. A veces, necesitamos atravesar experiencias difíciles para aprender y crecer. Enfrentar tus miedos, ya sea hablar en público, hacer algo por ti mismo o enfrentarte a una situación incómoda, es una oportunidad para demostrarte que eres capaz. Esos fracasos o caídas no son el final del camino, son solo lecciones que te llevarán a un amor propio más fuerte.

Finalmente, haz una desintoxicación digital. Las redes sociales, si no se usan con conciencia, pueden alimentar tus inseguridades y comparaciones. Aprende a desconectarte y a valorar el mundo real. En lugar de compararte con vidas que solo ves en pantalla, haz un esfuerzo por vivir tu vida a plenitud. Las redes son solo una faceta, no la realidad completa.