Esta tal vez no es una historia larga, ni que muchos puedan entender, pero tiene un verdadero cariño y siempre la voy a llevar conmigo.
Entendí que el tiempo es relativo según quien lo vive. Que la vida te da momentos los cuales quisieras que fueran eternos, y otros quizá, no tanto .
La vida no es justa, eso lo sabemos, el tiempo es pasajero y a veces no dura tanto como queremos.
Sin querer encontré un amigo.Cuando lo vi estaba solo y con frío. Pensé en irme, pretender que no lo había visto. Pero no pude, mi corazon no es tan frío.
Lo llevé conmigo, quería hacerle sentir que no estaba perdido. Pasé horas mirando cómo jugaba y exploraba.Lo veía feliz y tranquilo. Comió con ansias, como si llevara tiempo sin hacerlo. Y como un niño después de un poco de juego, cayó rendido. Durmió profundamente, supongo que no había podido.
Dejé que pasara el rato conmigo, pero sabía que no podía quedarse, yo estaba de visita y pronto me iría. Todo el día estuvo conmigo, pasó la noche y al amanecer lo veía mas lindo. Con sus ojitos cerrados, con su nariz tan pequeñita. Estaba soñando, lo sabía, por cómo se movía en la cama, pateaba como si de correr tratara. Me llenó de cariño ver cómo alguien tan inocente, tan puro, sigue viviendo a pesar de estar en un mundo tan rudo.
Esos momentos son de los que quisiera sean eternos, pero no puedo luchar contra el tiempo. Solo puedo compartirlo para que no sea pasajero, ni tan solo mi recuerdo. Quiero que quede escrito y otros puedan conocerlo. Que sepan del cariño de un amigo que hoy lastimosamente ya está en el cielo.
La historia es de un pequeño gatito, que encontré en la basura tirado como si no estuviera vivo. Lo llevé conmigo, era muy pequeño y al parecer tenia una enfermedad, que no lo dejaba respirar. Murió en la tarde, al segundo dia de haberlo recogido. A pesar de que no viviera mucho, me alegra saber que fue querido. Que le di cariño y murió tranquilo.
Su nombre fue Vito.
Gela.
