La inteligencia no es una cualidad única y predefinida. Hay múltiples factores que juegan un papel crucial en el desarrollo de nuestras capacidades cognitivas, y lo que hace a una persona más inteligente podría sorprenderte.
Desde el impacto de los genes hasta la capacidad de nuestro cerebro para formar conexiones neuronales (¡y cómo estas conexiones se pueden entrenar!), la inteligencia es una interacción compleja entre lo que heredamos, el ambiente que nos rodea y las experiencias que vivimos .
Los genios no son simplemente personas con cerebros más grandes, sino individuos que han tenido una combinación única de factores: desde la curiosidad infantil que los empuja a cuestionar el mundo, hasta el apoyo que recibieron de mentores, padres y una educación estimulante. Por ejemplo, Einstein fue rodeado por padres que alimentaron su interés desde pequeño, mientras que figuras como William James Sidis tuvieron una crianza rigurosa que marcó su desarrollo intelectual.
Sin embargo, lo que más resalta es que la inteligencia puede ser cultivada. La plasticidad cerebral nos permite desarrollar nuestras capacidades si proporcionamos el estímulo adecuado: leer, practicar, hacer ejercicio, resolver acertijos y, por supuesto, evitar distracciones como el exceso de pantallas.