¿Alguna vez te has encontrado aferrándote a relaciones o situaciones que te agotan, con la esperanza de cambiar algo o a alguien? Tal vez has intentado arreglar las cosas, moldearte en lo que los demás esperan, todo por mantener la paz o conservar una conexión. Pero, ¿y si lo más importante es dejar ir?

Déjalos elegir algo o a alguien más antes que a ti.
Déjalos pasar semanas sin hablarte.
Déjalos vivir sin ti, si es lo que quieren.

A veces, lo más poderoso que puedes hacer es dar un paso atrás y permitir que las personas te muestren quiénes son realmente, no quienes imaginaste que serían .

La verdad es que nadie debería hacerte sentir que tienes que cambiar para ganarte un lugar en su vida. Las relaciones deberían ser mutuas, donde ambas partes se esfuercen, se valoren y respeten los límites. Si te encuentras siempre cediendo, siempre dando, siempre tomando la culpa, es momento de reconsiderar tu lugar en esa relación.

El autocuidado no es egoísmo. Es esencial. Establece tus límites y mantente firme en ellos. Tú eres quien tiene el control de tu vida, y no necesitas que nadie defina tu valor. Deja que las personas se ganen su lugar en tu vida mostrando respeto y amor, no exigiéndolo o dándote por sentado.

Así que, la próxima vez que alguien quiera salir de tu vida, o espere que te conformes con menos de lo que mereces, déjalos ir. Porque al final del día, la única persona a la que realmente perteneces es a ti mismo. Prioriza tu bienestar y deja que aquellos que te valoran encuentren su camino de regreso cuando estén listos para mostrar su mejor versión.

Cuídate. Siempre.