¿Te imaginas disfrutar de un yogur griego casero, cremoso y delicioso, hecho por ti mismo? Con esta receta súper sencilla, no necesitas máquinas ni ingredientes complicados. Con solo 1 litro de leche entera y 125 gramos de yogur natural sin azúcar, podrás crear un yogur tan rico que no volverás a comprar el industrial.

Por Qué Usar Yogur para Hacer Yogur

Te preguntarás: ¿Por qué necesito yogur para preparar más yogur? La respuesta está en las bacterias .

Si prefieres algo más técnico, podrías comprar las bacterias por separado, pero esta receta simplifica el proceso para que sea accesible y rápido.

Paso a Paso: La Receta Perfecta

1. Calienta la Leche:

   • Lleva la leche a 70 °C. Si no tienes termómetro, aquí va un truco: coloca tu dedo meñique en la leche caliente. Si solo puedes aguantar cinco segundos antes de sentir que te quema, está lista.
   • Evita que la leche se sobrecaliente. Si está demasiado caliente, las bacterias morirán, y el yogur no se formará.

2. Mezcla con el Yogur:

   • En un bol, mezcla un poco de la leche caliente con el yogur natural hasta que esté completamente integrado. Luego, vierte esta mezcla en el resto de la leche caliente y remueve rápidamente para mantener el calor.

3. Incuba el Yogur:

   • Vierte la mezcla en un recipiente con tapa (un tupper es ideal) y envuélvelo con un paño para mantener el calor. Colócalo en un lugar cerrado como el microondas o el horno apagado, y déjalo reposar toda la noche.

Yogur Griego: El Toque Cremoso

¿Quieres ese toque especial de los yogures griegos? Una vez que tengas el yogur básico listo:

1. Coloca un colador sobre un bol y cúbrelo con un paño de algodón limpio.
2. Vierte el yogur poco a poco en el colador.
3. Deja que repose en la nevera toda la noche. Esto permitirá que el yogur libere su suero, resultando en una textura más densa y cremosa.

¡Disfruta de Tu Creación!

Al día siguiente, tu yogur griego casero estará listo. Su sabor natural es delicioso, pero puedes personalizarlo como quieras:

• Dulce: Añade miel, azúcar, mermelada o frutas frescas.
• Salado: Úsalo como aderezo para ensaladas o como base para dips.

Además, puedes incorporarlo en recetas como tartas, galletas o batidos. Las posibilidades son infinitas.