¿Qué es lo que diferencia a las personas con una autoestima fuerte de aquellas que se sienten pequeñas e inseguras? Es más simple de lo que crees: la confianza en uno mismo se construye cumpliendo tus propias promesas.
Imagina que un amigo te promete algo y no lo cumple una y otra vez. ¿Confiarías en esa persona? Ahora reflexiona: ¿cuántas veces te prometes cosas que luego no cumples? "Voy a madrugar", "haré ejercicio", "seguiré esta dieta" .
No necesitas magia ni motivación extrema; necesitas consistencia. Aquí te dejo la clave: gánate tu propia confianza. Así es como se logra:
Pequeñas promesas, grandes resultadosEmpieza por comprometerte con cosas pequeñas y alcanzables. Por ejemplo:
La regla de las victorias consecutivasCuando empiezas el día acumulando pequeños logros, te sientes imparable. Por ejemplo, si te levantaste a tiempo, hiciste tu cama, y desayunaste según lo planeado, ya llevas tres victorias antes de salir de casa. Esa sensación de control te hace sentir más grande y capaz de enfrentar cualquier reto.
Construye tu propio patrón de éxitoA diferencia de quienes constantemente rompen sus promesas y se sienten derrotados, tú puedes crear un patrón de confianza: prometerte cosas y cumplirlas. Es un ciclo positivo que alimenta tu autoestima.
Tu autoestima no se basa en un solo gran logro, sino en los hábitos diarios que te demuestran que puedes confiar en ti. Cada vez que cumples una promesa, te respetas más. Cada vez que fallas, te haces pequeño.
Cuando llegues a una situación difícil —como resistir la tentación de una dona en la oficina—, quien ha acumulado victorias durante el día tiene la fuerza para decir "no". Por otro lado, quien ha pospuesto su alarma y se ha saltado sus compromisos, ya se siente derrotado antes de empezar.
El camino hacia una autoestima fuerte no está en cambiar radicalmente tu vida de un día para otro, sino en comprometerte con pequeñas acciones y ser constante. Al final, la verdadera confianza no aparece mágicamente: se gana día a día, victoria tras victoria.