En un mundo dominado por redes sociales, el deseo de proyectar éxito y opulencia parece estar más vivo que nunca. Influencers de todas partes presumen vidas perfectas, desde viajes en jets privados hasta pasatiempos extravagantes que cuestan fortunas .
Algunos gastan cantidades absurdas solo para sostener esta fachada. Un ejemplo reciente es una influencer que afirmó haber invertido más de 25,000 dólares en pickleball, un deporte que, según Google, no debería costar más de 300 dólares. ¿El resultado? Un cúmulo de comentarios sobre el precio de vivir para impresionar a otros.
Pero el fenómeno no termina ahí. En Asia, particularmente en Corea, hay una creciente obsesión por parecer rico a toda costa. Desde ídolos del K-pop vistiendo prendas más caras que el alquiler mensual promedio, hasta influencers que compran versiones falsificadas de lujo para dar la apariencia de éxito. Este estilo de vida “ideal” a menudo los deja endeudados o, peor aún, humillados públicamente cuando la verdad sale a la luz.
¿Mentiras en primera clase?Un caso particularmente viral fue el de una influencer francesa que simuló viajar en clase ejecutiva de un vuelo. Se tomó una foto, la subió a sus redes y volvió tranquilamente a su asiento en clase económica. Un fan que estaba en el mismo vuelo la expuso, y las redes no tardaron en señalar su falsedad.
En China, algunos influencers han llevado este concepto al siguiente nivel. Grupos enteros alquilan Ferraris, habitaciones de hotel de lujo e incluso accesorios costosos, dividiendo los costos entre decenas de personas solo para obtener fotos perfectas para Instagram. Esto incluye detalles tan específicos como compartir calcetas usadas de diseñador para que cada miembro tenga su momento de "lujo".
¿El precio del show?Lo que queda claro es que, detrás de esta fachada, hay un gran esfuerzo (y gasto) por generar envidia y mantener la atención del público. Sin embargo, ¿vale la pena arruinarse para aparentar algo que no se es? ¿O peor, mentir para construir una imagen que eventualmente se desmorona?
Al final del día, todos estos esfuerzos por presumir lo que no tienen parecen más una trampa que una victoria. ¿Deberíamos admirar este ingenio o criticarlo como el colmo del engaño? Déjanos tu opinión, y recuerda: en redes sociales, no todo es lo que parece. ?