En los últimos tiempos, una figura ha generado gran controversia en redes sociales: Suni, una TikToker argentina que se ha hecho viral por compartir su supuesta experiencia como persona autista. Sin embargo, su historia ha sido cuestionada por muchos, y las dudas sobre su autenticidad se acumulan a medida que salen a la luz una serie de contradicciones y comportamientos extraños.
Suni, quien inicialmente se dio a conocer por afirmar que era "shanki" y parte de la comunidad LGBT, ha cambiado drásticamente su contenido en los últimos años .
Lo que ha llamado más la atención de los críticos es que, antes de este cambio de contenido, Suni no mostraba ningún signo claro de autismo. En videos anteriores, parecía llevar una vida "normal", sin las dificultades que hoy dice enfrentar. Además, sus relatos sobre su diagnóstico parecen inconsistentes. En 2019, por ejemplo, se grababa disfrutando de actividades como ir a bares ruidosos y beber alcohol, comportamientos que contradicen su reciente afirmación de que los ruidos fuertes le afectan profundamente.
A pesar de estas incongruencias, Suni ha logrado captar la atención de muchos al hablar del autismo, generando controversia y aceptación, especialmente en los medios de comunicación. Sin embargo, lo más preocupante es cómo ha utilizado el autismo como una herramienta para lucrar, participando en campañas publicitarias relacionadas con el trastorno, lo que ha generado indignación entre quienes realmente viven con TEA.
Las acusaciones no terminan ahí. Suni ha sido acusada de "romantizar" el autismo y de contribuir a la desinformación. En sus videos, parece exagerar constantemente sus síntomas, lo que ha llevado a muchos a cuestionar si realmente comprende la complejidad del espectro autista. Además, el término "maskin", que ella usa para justificar su comportamiento, ha sido mal interpretado y mal utilizado, lo que solo aumenta las dudas sobre sus verdaderas intenciones.
Es importante aclarar que este texto no busca atacar a las personas autistas ni generalizar sobre el espectro, sino cuestionar la actitud de Suni y su comportamiento en redes sociales. En un mundo donde la salud mental y los trastornos son temas muy sensibles, es fundamental ser responsables con lo que compartimos y cómo lo hacemos. El caso de Suni nos invita a reflexionar sobre el uso de las redes sociales para crear contenido auténtico y respetuoso, y a no caer en la tentación de aprovecharse de temas tan serios para obtener fama o dinero.