Prohibido por el Destino: Un Amor que Ni el Tiempo Pudo Olvidar?
Hace 4 días
Tiempo de lectura aprox. :
3 min.
+1 voto

La luna brillaba intensamente aquella noche, iluminando los campos de trigo que se extendían como un océano dorado. En medio de ese paisaje idílico, dos sombras se encontraron en secreto, bajo la vieja encina que había sido testigo de su amor desde el primer día.

Isabella, hija del duque de Almont, estaba destinada a un matrimonio que reforzaría los lazos políticos de su familia .

Su padre, rígido y calculador, jamás habría aprobado su relación con Liam, un humilde herrero del pueblo que vivía de su trabajo y su arte. Pero el corazón no entiende de linajes ni de leyes.

Todo comenzó un verano, cuando Isabella escapó del sofocante mundo de bailes y cortesías para pasear por el mercado. Allí vio a Liam por primera vez, trabajando en su forja, con el sudor brillando en su frente y una sonrisa cálida que la cautivó. Fue un flechazo inmediato. Desde entonces, cada encuentro, cada palabra y cada caricia fueron como un desafío al destino que los separaba.

Esa noche, bajo la encina, Liam sostuvo la mano de Isabella con fuerza, como si al soltarla todo fuera a desmoronarse.

—Nos descubrieron, Liam. Mi padre lo sabe. —Su voz temblaba.

—¿Qué dijo? —preguntó él, aunque el miedo ya pesaba en su pecho.

—Que si vuelvo a verte, te desterrará… o algo peor. —Sus ojos se llenaron de lágrimas.

Liam apretó los dientes, luchando contra la impotencia. Su amor por Isabella era más fuerte que cualquier amenaza, pero sabía que enfrentarse al duque significaría su ruina… o su muerte.

—Podemos huir. Esta noche, ahora mismo. Nos iremos lejos, donde nadie nos encuentre. —La esperanza brillaba en su mirada.

Isabella quiso creerle, pero sabía que su padre tenía ojos en todas partes. Si huían, los perseguirían.

—No podemos, Liam. Mi familia no descansará hasta encontrarnos. No puedo ser la razón de tu destrucción.

El silencio los envolvió, roto solo por el susurro del viento entre las ramas. Finalmente, Liam habló:

—Entonces déjame amarte esta noche, como si no hubiera mañana.

Se abrazaron con fuerza, prometiendo en silencio que, aunque sus caminos fueran separados, sus corazones permanecerían unidos. Esa noche fue su última. A la mañana siguiente, Isabella fue enviada a otro reino para casarse con un hombre que jamás amaría, mientras Liam quedó en su aldea, trabajando en la soledad de su taller.

Años después, Isabella volvió al pueblo, convertida en una duquesa respetada pero infeliz. Al pasar por el mercado, vio algo que hizo que su corazón se detuviera: un anillo de hierro en un pequeño puesto. Era igual al que Liam le había regalado aquella última noche. Lo tomó en sus manos y, por un instante, pudo sentirlo a su lado otra vez.











Liam nunca dejó de amarla, y aunque el destino los separó, su amor vivió en cada obra que él forjaba, y en el recuerdo eterno de lo que pudo ser.

168 visitas
Valora la calidad de esta publicación
0 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.