Durante décadas, los asesinos en serie fueron una figura temida y fascinante, desde los años 70 hasta los 90, cuando Estados Unidos vivió su "Edad Dorada" de estos criminales. Aquella época estuvo marcada por figuras infames como Ted Bundy, el Zodíaco o Richard Ramirez, cuyas historias de horror parecían interminables .
En un análisis revelador, un criminólogo experto nos ofrece las claves de este fenómeno, y la respuesta es sorprendente: la tecnología. A lo largo de los años, las herramientas para capturar a los criminales se han multiplicado y mejorado, lo que ha hecho casi imposible que los asesinos en serie sigan operando sin ser detectados.
La era de la interconexión
Uno de los factores más importantes es la interconexión entre las fuerzas de seguridad. Hoy en día, gracias a sistemas como el programa ViCAP (Violent Criminal Apprehension Program) del FBI, los datos sobre crímenes sin resolver se comparten instantáneamente entre diferentes estados y departamentos. Esto permite que un crimen que podría haber pasado desapercibido en un condado se conecte rápidamente con otros casos similares, lo que aumenta exponencialmente las posibilidades de atraparlo antes de que se convierta en una serie de asesinatos.
El poder de las cámaras y los teléfonos móviles
Si en los años 80 y 90 los asesinos podían moverse sin ser vistos, hoy en día la situación es radicalmente diferente. Las cámaras de vigilancia están en cada esquina, y los teléfonos móviles de millones de personas se han convertido en testigos invisibles de cualquier actividad sospechosa. Cada vez que un criminal comete un error, un testigo anónimo puede capturar una foto o grabar un video, lo que lleva a una rápida identificación y captura.
Además, la triangulación de llamadas telefónicas y el análisis de registros de ubicación han hecho que sea casi imposible para un criminal escapar sin dejar rastro. Casos como el del asesino de Long Island, detenido gracias a la triangulación de llamadas, son prueba de cómo la tecnología ha dejado atrás a los criminales del pasado.
El ADN: el gran aliado de la justicia
El ADN ha sido otro factor crucial en la disminución de los asesinos en serie. Lo que antes podría haber sido un crimen sin resolver, hoy en día se puede rastrear a través de muestras biológicas. El caso de BTK, que estuvo activo durante más de 30 años antes de ser capturado, es un claro ejemplo de cómo la ciencia ha acorralado a los asesinos.
El fin de la "Edad Dorada"
Hoy, los asesinos en serie que alguna vez aterrorizaban a la sociedad ya no son una amenaza como antes. En los años 90, se estimaba que había 200 asesinos en serie activos en Estados Unidos; hoy en día, esa cifra ha caído a solo 12. Las víctimas han disminuido y, aunque el miedo y la fascinación por estos criminales siguen siendo parte de la cultura popular, la policía ha logrado adaptarse y reducir drásticamente el riesgo.
Lo que nos lleva a una reflexión perturbadora: ¿existen realmente menos asesinos en serie, o simplemente hemos aprendido a detenerlos antes de que puedan matar nuevamente?
El criminólogo que expone estos datos no solo nos ofrece una visión escalofriante de la realidad actual, sino que también nos hace pensar en el impacto de la tecnología en nuestra seguridad. Un cambio que, aunque para muchos es un alivio, también plantea la pregunta de si los asesinos en serie de hoy simplemente están esperando el momento adecuado para regresar.