En un viaje de 30 días a Japón, comiendo panes, postres y sin privaciones, logré bajar 7 kilos. ¿Cómo lo hice? Apliqué 7 reglas simples que los japoneses practican diariamente .
En Japón, caminar no es opcional. La media diaria es de 10,000 a 12,000 pasos, comparado con los 4,800 que solemos hacer en Latinoamérica. Este hábito no solo quema calorías, sino que también mejora tu salud cardiovascular y pulmonar. ¿El primer paso? Incorpora caminatas diarias y notarás la diferencia.
¿Sabías que los japoneses descansan en una postura que fortalece articulaciones, mejora la digestión y combate el estreñimiento? Esta posición, conocida como sentadilla asiática, es un ejercicio natural que deberías empezar a practicar.
Este principio japonés significa “comer hasta estar 80% lleno”. A diferencia de los banquetes occidentales, los japoneses priorizan porciones pequeñas y verduras, evitando carbohidratos vacíos. Así, su cuerpo consume menos calorías y se mantiene en forma.
En Japón, las raciones son diminutas, incluso los postres. Esto evita excesos y fomenta el control natural de las calorías. ¿Te cuesta reducir tus porciones? Intenta comer despacio y disfruta cada bocado.
Los japoneses tienen horarios estrictos y evitan los snacks entre comidas. En cambio, nosotros tendemos a “picar” todo el día, acumulando calorías innecesarias. La clave está en planificar tus comidas y evitar el picoteo.
Artes marciales, yoga o rutinas como la “defensa samurái” trabajan múltiples grupos musculares en poco tiempo. Esto no solo quema grasa, sino que fortalece tu cuerpo de manera equilibrada.
Este té verde no solo acelera el metabolismo, también reduce el estrés y mejora la digestión. Al incorporar matcha en tu rutina diaria, obtendrás más energía y facilitarás la pérdida de peso.