Hollywood, la cuna de los sueños cinematográficos, guarda tras su brillante fachada historias de lujo, poder y excesos que han marcado su historia. Desde los años dorados del cine mudo hasta la era contemporánea, las fiestas de la Meca del Cine han sido tanto un símbolo de su opulencia como un recordatorio de su lado más oscuro.
A principios del siglo XX, las noches de las estrellas no eran menos espectaculares que las películas que protagonizaban .
El caso de Roscoe “Fatty” Arbuckle, una leyenda de la comedia en los años 20, se erige como uno de los primeros grandes escándalos de Hollywood. En una fiesta en el hotel Westin St. Francis, lo que comenzó como una celebración desenfrenada culminó en la trágica muerte de la actriz Virginia Rappe y en la destrucción de la carrera de Arbuckle. Este incidente desnudó un sistema que no solo alimentaba el desenfreno, sino que también protegía a los poderosos mientras silenciaba los daños colaterales.
Durante los años 30, la Metro-Goldwyn-Mayer organizó una de las fiestas más polémicas de la historia: El Show del Salvaje Oeste. Aparentemente, una celebración para sus ejecutivos, pero en realidad, un evento cargado de abuso y manipulación. Patricia Douglas, una joven de 20 años contratada bajo engaños, se convirtió en el rostro de un escándalo que MGM se encargó de enterrar, demostrando cómo la maquinaria de Hollywood aplastaba a quienes osaban enfrentarse a ella.
La llegada de los años 70 y 80 no moderó los excesos, sino que los llevó a nuevos extremos. Desde los bacanales en la mansión de Jack Nicholson hasta las celebraciones decadentes en la Mansión Playboy, las fiestas seguían siendo un refugio para lo prohibido. El fallecimiento del comediante John Belushi en 1982, producto de una fatídica noche de excesos en el Chateau Marmont, marcó un punto de inflexión, aunque lejos estuvo de ser el último caso.
El nuevo milenio trajo consigo un enfoque mediático más intenso, pero también más relatos inquietantes. La mansión de Demi Moore, las fiestas de Paris Hilton o los encuentros en la Mansión Playboy fueron testigos de tragedias que, en muchos casos, quedaron envueltas en acuerdos silenciosos.
Estas fiestas, aunque teñidas de glamour y lujo, han dejado un legado de controversias, abusos y tragedias que continúa resonando en la actualidad. La película Babylon retrató este costado más oscuro con una crudeza pocas veces vista, recordando que, detrás de los reflectores, se oculta una historia que es tan fascinante como inquietante.
Hollywood, como epicentro del espectáculo, no solo construye sueños, sino que también revela las profundidades a las que puede llegar la humanidad cuando el poder y la impunidad convergen.