La moda de lujo es ¿para los pobres?
Hace 32 minutos
Tiempo de lectura aprox. :
4 min.
0 votos

Imagina por un momento a una persona vestida con prendas de Gucci, un bolso Louis Vuitton y unas gafas de sol Prada. Podrías pensar que se trata de alguien adinerado, viviendo en la cúspide del lujo .

Pero, ¿y si te dijera que las estadísticas muestran que una gran parte de los consumidores de estas marcas no son los millonarios que imaginamos, sino personas de clase media o incluso baja?

El fenómeno de la moda de lujo es mucho más complejo de lo que parece. Las marcas de alta gama no solo venden ropa o accesorios, sino un símbolo de estatus, una identidad que promete éxito y exclusividad. Sin embargo, la realidad detrás de estas etiquetas está llena de contradicciones.

¿Quién consume realmente el lujo?

En contra de lo que podríamos pensar, los verdaderamente ricos tienden a evitar los logotipos llamativos. Ellos prefieren el lujo "silencioso": prendas y accesorios minimalistas, de altísima calidad, que solo otros ricos podrían reconocer. Mark Zuckerberg, por ejemplo, usa camisetas aparentemente simples que cuestan más de 400 dólares, hechas a medida por Brunello Cucinelli.

Por otro lado, quienes compran las líneas más accesibles de estas marcas, como bolsos o cosméticos con logotipos visibles, suelen ser consumidores de clase media o baja. Para muchos, estos productos son una inversión emocional. Representan un esfuerzo por encajar, destacar o incluso mantener una imagen de éxito en una sociedad que constantemente mide el valor personal en función de las posesiones materiales.

El efecto de la desigualdad y la presión social

La moda de lujo florece en lugares donde la desigualdad económica es pronunciada. En estados de Estados Unidos con mayor brecha de ingresos, las búsquedas de marcas como Gucci o Louis Vuitton son mucho más frecuentes. Esto no es casualidad: en una sociedad que valora tanto los símbolos de estatus, quienes están más abajo en la escala social sienten una mayor presión para aparentar.

A menudo, las personas compran artículos de lujo no porque puedan permitírselo, sino porque necesitan proyectar una imagen de éxito. Incluso en momentos de crisis económica, las ventas de productos de alta gama no solo se mantienen, sino que aumentan. Durante la pandemia, por ejemplo, las marcas de lujo experimentaron un crecimiento impresionante, a pesar de la incertidumbre financiera generalizada.

El lujo como negocio y marketing

Las marcas de lujo han sabido adaptarse a estos cambios culturales y económicos. Por un lado, han diversificado sus líneas, creando productos más asequibles que permiten a los consumidores promedio experimentar una "probadita" del lujo. Por otro, utilizan estrategias como el marketing de influencers, colaboraciones exclusivas y narrativas aspiracionales para conectar con públicos más amplios.

Sin embargo, detrás de su imagen impecable, estas marcas no siempre cumplen con los valores que pregonan. Muchas fabrican sus productos en condiciones similares a las de marcas económicas, pero inflan sus precios gracias al prestigio que conlleva una etiqueta que dice "Hecho en Italia".

¿Es la moda de lujo para los pobres?

En un mundo donde el lujo se ha vuelto accesible, pero las desigualdades persisten, es válido preguntarse: ¿quién consume realmente estos productos y por qué? Para algunos, es una forma de celebrar un logro personal. Para otros, es una necesidad social, un intento de destacar en un entorno competitivo.

4 visitas
Valora la calidad de esta publicación
0 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.