¿Sabías que un cabello sano transforma completamente tu look? Con algunos cambios sencillos en tu rutina, puedes lograr un cabello más fuerte, brillante y sedoso sin necesidad de productos caros. Eso sí, recuerda que la constancia es la clave: ¡el cabello necesita tiempo para mostrar resultados! Aquí tienes una rutina fácil y efectiva para cuidar tu melena.
Evita el agua caliente al lavar tu cabello, ya que elimina sus aceites naturales y lo reseca. Usa agua tibia para un lavado más saludable.
El champú debe ir solo en el cuero cabelludo, no en todo el largo. Al enjuagar, el producto limpiará el resto sin resecar las puntas. Además, no frotes con fuerza; un masaje suave con las yemas de los dedos es suficiente.
Menos es más: usar demasiado champú puede resecar tu cabello. Opta por una cantidad moderada y asegúrate de enjuagar completamente para evitar residuos opacos.
El acondicionador debe ir únicamente de medios a puntas. Si lo colocas en la raíz, tu cabello se sentirá pesado y se ensuciará más rápido.
Lavar tu cabello a diario puede desequilibrar sus aceites naturales. Lo ideal es lavarlo cada dos días, a menos que tu cabello sea muy graso.
Evita frotar el cabello con la toalla; esto lo quiebra y genera frizz. En su lugar, exprime suavemente el exceso de agua y usa una toalla de microfibra o una camiseta de algodón.
Cepilla tu cabello antes de lavarlo para prevenir que se enrede durante el lavado. Así, evitarás romperlo mientras está mojado y más frágil.
No todos los champús son iguales. Evita aquellos con ingredientes que resecan el cabello. Busca opciones más naturales o recomendadas para tu tipo de cabello.