Sabemos que el ejercicio físico mejora tu cuerpo y mente, ayudando incluso a prevenir enfermedades neurológicas como el Alzheimer. Sin embargo, ¿sabías que no todos los deportes son aliados del cerebro? Sí, algunas actividades pueden perjudicar a este órgano vital más de lo que imaginas.
En este artículo, exploraremos cinco deportes y prácticas que, por sorprendentes que parezcan, podrían impactar negativamente tu salud cerebral.
Aunque son deportes populares y emocionantes, involucrar la cabeza para golpear o recibir impactos puede ser peligroso .
¿Pensabas que escalar montañas solo te dejaba sin aliento? El cerebro, gran consumidor de oxígeno, sufre en entornos de alta montaña. La falta de oxígeno y cambios de presión pueden causar daños irreversibles como atrofia cortical y lesiones cerebrales, según investigaciones con alpinistas que alcanzaron cimas de más de 7,000 metros.
Correr es una de las formas más accesibles de ejercicio, pero hacerlo sin control o descanso puede ser contraproducente. La fatiga central, un estado inflamatorio del sistema nervioso, puede desencadenarse al sobrepasar los límites sin suficiente recuperación. Los síntomas incluyen agotamiento persistente, problemas de sueño y mal humor.
En el buceo libre, donde se desafía la respiración por largos periodos, el cerebro sufre. Incluso sin llegar a profundidades extremas, la falta de oxígeno puede causar daños sutiles en los tejidos cerebrales y aumentar la permeabilidad de los filtros que lo protegen.
El boxeo no solo impacta físicamente; los golpes repetidos en la cabeza están relacionados con la demencia pugilística o encefalopatía crónica traumática. Esta enfermedad provoca problemas cognitivos, motores y emocionales, con efectos devastadores que han sido documentados en atletas profesionales.
Aunque estos deportes tienen riesgos, no hay excusa para un estilo de vida sedentario. El ejercicio moderado y adecuado es esencial para mantener una buena salud física y mental. Antes de iniciar una actividad intensa, asesórate con un profesional y recuerda: proteger tu cerebro es proteger tu futuro.