Pocos nombres en la historia de la ciencia despiertan tanto misterio y fascinación como el de Nikola Tesla. Este inventor nacido en Serbia en 1856 revolucionó el mundo con sus ideas, aunque gran parte de su vida estuvo marcada por la lucha, el rechazo y el aislamiento.
Tesla, conocido por su memoria fotográfica y su habilidad creativa desde joven, encontró su pasión en los fenómenos electromagnéticos, un interés que lo llevó a estudiar ingeniería y, posteriormente, a trabajar con Thomas Edison en Francia y Estados Unidos .
Durante este tiempo, Tesla vivió grandes penurias, incluso trabajando como excavador de zanjas para sobrevivir. Pero su genio no pasó desapercibido por mucho tiempo. Con nuevos inversionistas, fundó Tesla Electric Company, donde desarrolló el motor de inducción y perfeccionó la corriente alterna, contribuyendo decisivamente a su victoria en la famosa "Guerra de las Corrientes" contra la corriente directa promovida por Edison.
La corriente alterna, que hoy usamos para llevar energía a hogares y fábricas, marcó solo el comienzo de sus contribuciones. Tesla patentó casi 300 inventos a lo largo de su vida, incluyendo la Bobina de Tesla, que no solo generaba espectaculares rayos de 40 metros, sino que también impactaba al entorno: las personas sacaban chispas al caminar y las bombillas se encendían sin estar conectadas.
Pero Tesla no solo fue un genio; también fue un soñador y un visionario. Creía en la posibilidad de transmitir energía de manera inalámbrica y hasta iluminar el cielo nocturno. Aunque muchas de estas ideas no se concretaron, su audaz imaginación sigue inspirando a generaciones. Incluso afirmó haber desarrollado un "rayo de la muerte" capaz de destruir ejércitos enteros, aunque los planos nunca se encontraron.
A pesar de su intelecto brillante, Tesla era una figura excéntrica. Hablaba ocho idiomas, trabajaba hasta 22 horas diarias, y dedicaba gran parte de su tiempo y recursos a cuidar palomas. Aunque se equivocó en algunas de sus teorías, como su rechazo a la teoría de la relatividad de Einstein, su legado permanece imborrable.
Hoy, Tesla es recordado como uno de los mayores genios de la historia, y su nombre resuena en unidades de medida, empresas innovadoras y en la inspiración que dejó para aquellos que sueñan con cambiar el mundo.
