Todo empieza con un te extraño, y es que te extraño tanto ¡joder!, que los recuerdos arden en mi piel.
Ya casi no recuerdo tu rostro, casi no recuerdo ni tu calor ni tus ojos, casi no recuerdo tu voz, pero todo viene a mi, aunque sea borroso y es con la intensidad de la emoción que un día viví a tu lado y que ahora estoy atrapada entre ellos.
Como quisiera no tenerlos, esfumarlos con cada cigarrillo de la tarde, desaparecerlos en los ojos de aquellos que ahora me miran; porque ni siquiera me he atrevido a besar otros labios.
Me han preguntado ¿que es lo que pasa?, cuando me quedo callada mirando por la ventada del trasporte o del carro, aquellos que no me conocen se quedaran con una simple respuesta, pero los que si, sabrán que es porque me vino un recuerdo, uno de ti, de algún lugar en especial donde estuvimos juntos y ya me canse de mirar a todas partes y encontrarte.
Quiero ser como tu y comenzar a jugar con tu nombre y tus recuerdos, remplazarlos, para que el día que quiera recordarte, ¡ya no sepa como hacerlo! .