En un mundo lleno de información y teorías, hay muchas creencias erróneas que han sido difundidas y aceptadas sin cuestionarlas. Hoy vamos a hablar de 5 grandes mentiras actuales que te han contado, y lo peor de todo es que probablemente tú también las creíste.
Empecemos con la primera gran mentira: las personas no cambian .
Luego está la falsa percepción de que las agresiones sexuales están aumentando. Aunque la cobertura mediática sobre estos casos ha crecido, las estadísticas revelan que en realidad ha habido una disminución en los casos de abuso sexual en las últimas décadas. Sin embargo, la constante visibilidad del tema nos da la sensación de que el problema es más grave que nunca, lo que distorsiona nuestra percepción de la realidad.
Otra mentira común es que los millennials son la peor generación. Muchas veces nos tildan de vagos, irresponsables y culpables de la decadencia de la sociedad. Pero lo cierto es que somos una generación que ha vivido la transición más rápida de la historia: desde el internet dial-up hasta las conexiones ultrarrápidas, desde los primeros teléfonos móviles hasta los smartphones que han cambiado por completo nuestra forma de vivir. No somos la peor generación; solo estamos adaptándonos a un mundo que cambia más rápido que nunca.
Hablando de creencias erróneas, otra gran mentira es que la lengua de señas es un idioma universal. Si crees que una persona sorda de cualquier parte del mundo puede comunicarse sin problemas con otra solo porque ambas usan lengua de señas, te sorprenderás. La realidad es que, al igual que ocurre con cualquier otro idioma, existen variaciones regionales y locales, lo que hace que la lengua de señas sea tan diversa como cualquier idioma hablado.
Finalmente, nos encontramos con una de las mentiras más arraigadas: la razón por la cual no hay más mujeres en carreras STEM es la desigualdad de género. Aunque esto suene lógico a primera vista, la verdad es más compleja. Diversos estudios han demostrado que las mujeres simplemente tienen menos interés en estas áreas, a pesar de las oportunidades y la igualdad de condiciones. Y en países con una mayor igualdad de género, como Finlandia, el porcentaje de mujeres en STEM es más bajo que en lugares donde las mujeres enfrentan más obstáculos.