No consigues salir de este estado: Si bien la pereza puede desaparecer con algo de descanso, la depresión no se soluciona con trucos motivacionales. Es una condición que no puedes superar simplemente con voluntad, y generalmente requiere ayuda profesional para tratarla.
No logras animarte: A veces las cosas que solían traerte alegría ya no te hacen sentir nada .
Has perdido el interés por todo: La depresión hace que pierdas el interés por casi todo. Actividades que solían ser importantes o divertidas ya no tienen el mismo atractivo, y te alejas emocionalmente de las personas que te rodean.
Ya no puedes funcionar como antes: Si tu "pereza" interfiere con tu trabajo, estudios y vida personal de una manera que te hace sentir incapaz, podría ser una señal de depresión. La disfunción es uno de los síntomas que los psicólogos buscan al hacer un diagnóstico.
Tu pereza no tiene una causa aparente: A diferencia de la procrastinación, que generalmente tiene una razón detrás (falta de motivación, autoestima o disciplina), la depresión puede aparecer sin una causa clara, dejando a la persona abatida sin entender por qué.
Tu pereza no es por elección: Quizás la diferencia más importante es que, mientras que la pereza es algo que puedes intentar corregir, la depresión no es algo que eliges sentir. Las personas con depresión no eligen estar tristes o desmotivadas, y a menudo experimentan una enorme sensación de culpa y vergüenza.