La demanda por el parecido con Michael Jordan: En 2006, un hombre decidió demandar a Nike y al mismísimo Michael Jordan por la friolera suma de 800 millones de dólares. ¿La razón? Aseguraba que su vida se había arruinado debido a su parecido con la estrella del baloncesto .
Vagabundos y tiendas de lujo: En 2007, un comerciante de antigüedades decidió demandar a unos vagabundos que se sentaban frente a su tienda. ¿El motivo? Aseguraba que su presencia afectaba el flujo de clientes en su negocio exclusivo en Nueva York. ¿Su demanda? Que los echara la ciudad. Una solicitud tan absurda como triste, que refleja hasta qué punto las personas pueden perder la perspectiva.
Jonathan Lee Riches: El rey de las demandas absurdas: Este hombre intentó demandar a NASCAR, a Britney Spears, e incluso a la empresa Take-Two Interactive (creadora de Grand Theft Auto), por diversos motivos que incluían "ser responsables de que él fuera a prisión". Su lista de demandas es tan larga y surrealista que incluyó a figuras como George Bush y hasta el propio Hitler. Una auténtica leyenda del absurdo legal.
¿Pantalones perdidos por 67 millones de dólares?: Roy Pearson, un hombre que perdió unos pantalones en una tintorería, decidió demandar por 67 millones de dólares, basando su demanda en el letrero de "satisfacción garantizada". Su razonamiento era que la tintorería había engañado al ofrecer esa garantía, y el daño psicológico por sus pantalones perdidos valía una fortuna. Al final, terminó perdiendo y dando un espectáculo legal digno de la historia.
Batman y la ciudad: En 2008, el alcalde de una ciudad llamada "Batman" en Turquía intentó demandar a Warner Bros y a Christopher Nolan, los creadores de las películas de Batman, por usar su nombre. Argumentó que la asociación con el superhéroe provocaba problemas en la ciudad, e incluso intentó alegar que las mujeres se suicidaban debido a la fama negativa. Un caso tan extraño como absurdo.