1. El ladrón que se grabó a sí mismo confesando
Kajang pensó que era buena idea grabarse con la cámara que acababa de robar. No solo confesó el robo en su video, sino que incluso mostró su rostro y detalló su ubicación .
Terry Smith intentó robar a un taxista, pero en su apresurada huida dejó su cartera (con identificación incluida) en el coche. Cuando la policía llegó a buscarlo, lo encontraron tranquilamente conduciendo por la zona, con su carnet caducado como cereza del pastel.
Arthur Brown demostró que la paciencia puede abrir puertas... o cerrarlas, como en su caso. Este ladrón entró a un banco sin armas ni amenazas, solo con insistencia. Logró que le dieran algo de dinero, pero al darse cuenta de que no eran los $20,000 que había exigido, volvió al banco para reclamar. Lástima que la policía ya estaba esperando.
Daniel Salmon, preocupado por sus plantas de marihuana durante una ola de frío, decidió encender hogueras en su patio trasero a las tres de la mañana. ¿El resultado? Llamó la atención de la policía, que terminó descubriendo sus cultivos.
Raymon García tuvo una batalla intensa con una señal de tráfico mientras estaba bajo los efectos de sustancias. El resultado: policías confundidos, un tipo exhausto y una señal que salió ganando en esta insólita confrontación.
Cristian Villarreal entró a una casa para robar, pero terminó quedándose dormido... en la cocina. ¿Cansancio extremo o simplemente comodidad? Lo único seguro es que la policía no tardó en encontrarlo.
Jacob Flip pensó que sería divertido usar genitales falsos para asustar a universitarios. Sin embargo, su "broma" fue tan realista que lo acusaron de exhibicionismo. Una lección de que no todas las bromas son inofensivas.
Nicolás y Stephanie decidieron cumplir una fantasía romántica fingiendo un secuestro en público. Su actuación fue tan convincente que alguien llamó al 911, y la policía no tardó en intervenir. Aunque era consensuado, la pareja terminó siendo acusada de desorden público.
Timothy Randall pensó que sería una gran idea robar videojuegos durante un evento llamado "Compra con un Policía", que estaba lleno de agentes. Con 26 juegos y accesorios ocultos en su ropa, no pasó desapercibido.