Despierta tu Poder: La Fuerza de Ser Tú Mismo??
Hace 2 días
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Desde pequeña, Martina había sentido la presión de encajar. Sus compañeros de escuela siempre tenían las mismas opiniones, gustos y actitudes, mientras ella, aunque cercana, nunca lograba coincidir del todo .

No entendía por qué sus respuestas nunca eran las que esperaban, por qué sus gustos se desviaban de las tendencias o por qué su manera de ver el mundo se sentía tan diferente.

A medida que creció, esta sensación de no encajar se intensificó. En la universidad, intentó ser como los demás: copiar sus risas, sus opiniones y sus formas de vestir. Pero, aunque lo hacía de manera superficial, no lograba sentirse parte de ese grupo. Cada vez que imitaba a alguien, sentía como si estuviera dejando una parte de sí misma atrás. Había algo en su interior que le decía que no estaba siendo genuina, pero le costaba escuchar esa voz.

Un día, después de una discusión con su mejor amiga sobre el futuro, Martina salió a caminar para despejar su mente. Se adentró en un parque cercano y se sentó junto a un lago, observando cómo las hojas caían suavemente al agua. Allí, en esa quietud, comenzó a reflexionar sobre lo que realmente quería para su vida. ¿Por qué estaba siempre buscando la aprobación de los demás? ¿Por qué no podía ser ella misma, sin tener miedo a ser rechazada?

Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que, durante todo ese tiempo, había estado buscando fuera de ella lo que solo podía encontrar en su interior: su autenticidad. No tenía que seguir las expectativas de otros ni encajar en un molde predeterminado. La verdadera fuerza radicaba en abrazar quién era, con sus particularidades, sus defectos y sus virtudes.

Martina decidió que no iba a seguir más el camino de los demás. Comenzó a explorar sus pasiones sin temor al juicio ajeno. Se inscribió en clases de arte, empezó a escribir en su diario sin preocuparse por si alguien le encontraría extraño o incomprensible. Poco a poco, fue descubriendo una versión de sí misma que no conocía, una versión que no necesitaba la aprobación de los demás para sentirse completa.

Al principio, hubo momentos de duda. Había conversaciones incómodas, miradas curiosas, pero Martina se mantuvo firme. Cada paso hacia su autenticidad se sentía más liberador que el anterior. Aprendió a decir "no" cuando algo no resonaba con ella, a defender sus creencias sin miedo a la desaprobación y a rodearse de personas que la aceptaban tal como era, sin necesidad de cambios.

Con el tiempo, sus relaciones se volvieron más profundas, más sinceras. Descubrió que la autenticidad no solo la había acercado a ella misma, sino también a las personas que realmente la valoraban. Se dio cuenta de que, al abrazar su verdadera esencia, había creado un espacio para que los demás también fueran auténticos.

Martina ya no temía ser diferente. Había encontrado su fuerza en ser fiel a sí misma, en no esconder lo que la hacía única. Y, por primera vez en su vida, se sintió completa. La fuerza de la autenticidad no solo la había liberado de las expectativas ajenas, sino que también le había permitido abrazar todo lo que era, sin reservas.










Ahora, cada vez que caminaba por la vida, lo hacía con la confianza de saber que no necesitaba ser otra persona para ser suficiente. Y esa, para Martina, era la mayor victoria.

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