Lamento (o no) decirlo, queridos lectores, pero no existimos. No existimos nosotros ni el presente en el que creemos vivir, somos una ilusión dotada de falsa consciencia que es capaz de divagar en el inexistente "instante" en el que se concentra la "existencia" .Pero eso no significa que existamos, porque no, no existimos.

¿Por qué?

Para explicar esto debemos conocer, o al menos tener una idea de, el concepto de "infinito". Es lo que nunca empieza y nunca acaba, sin principio ni fin, algo inmensurable e inconcebible. ¿Cuál es el mejor ejemplo de infinito que todos conocemos desde pequeños? Los números. Son la representación del infinito, siempre puedes añadir uno más, nunca se acaba; detrás de un 2 puedes añadir un 0, y otro 0, y otro, y otro, y otro... Se entiende, ¿verdad? Si esto queda claro, entonces pasemos a lo siguiente: El pasado, el presente y el futuro.

Ni el pasado ni el futuro existen. No hay nada que quede grabado atrás ni nada predestinado delante, no existe un destino escrito ni existe un hecho pasado pues en el instante en el que cambiamos de "momento" ya deja de existir, y el "momento" que viene todavía no existe, pero llega y de repente deja de existir, pasa a ser "pasado". Es, por tanto, que los seres humanos concebimos una transformación del instante de futuro a pasado, pasando por el presente. Pero esto es una idea absurda y sin fundamento, pues ¿cómo medimos lo que dura el presente? ¿Acaso un segundo?, ¿una centésima de segundo?, ¿una milésima?, y podemos añadir siempre un 0 más: el presente no dura 1 segundo, ni 0.1, ni 0.01, ni 0.001... y así hasta el infinito. Por tanto, el presente NO DURA, es decir, NO EXISTE.
Esto viene ya impuesto por la idea de que el pasado y futuro no existen, pues un espacio entre dos ideas que no tienen consistencia ontológica no puede ser, es decir, no puede darse como base fundamental de la existencia de lo que conocemos como universo, es decir, del espacio físico interpretado que nuestras capacidades cognitivas nos afirman existe. Pero si, además de la negación de los espacios que comprenden la inconsistente idea de "presente", aplicamos la norma de "un número más" (1, 0.1, 0.01, 0.001...) las evidencias de la no-existencia del "presente" y, por tanto, de nosotros y todo lo que conocemos, son más fuertes e irrefutables.

Pero, si no existimos, entonces, ¿por qué siento, estoy leyendo esto, sufro, amo...?

La explicación a esto tiene varias salidas, la primera y más razonable es que somos una idea "fugaz" con capacidad de razonar incongruencias y hacerse creer a sí mismo que es una personalidad que "vive" durante 60, 70 u 80 años (por poner ejemplos similares a la esperanza media de vida europea actual), pero que no es capaz de entender que sólo es una circunstancia que se da como necesidad del cosmos de autoexplicarse a sí mismo. Somos, pues, una franja comprendida en el "infinito": si el infinito no existe, nosotros tampoco; el infinito no existe, por lo tanto, nosotros no existimos.

Un saludo. MrCanalla.