Poner límites es establecer líneas con los demás (y con nosotros mismos) que no deben ser cruzadas. Es elegir situaciones, acciones e ideas que no toleramos en los demás o en nosotros, expresarlos y hacerlos valer .
Como podrás imaginar, es un proceso mucho más complicado de realizar que de recomendar.
Edward T. Hall y Robert Sommer, pioneros en el estudio del espacio personal, aseguran que esos límites donde se contiene una persona y en la que habita algo más que un territorio físico, es un lugar donde nos sentimos mental, física y emocionalmente protegidos, un refugio donde nadie nos pueda agredir con sus comentarios o comportamientos.
No obstante, en sus estudios revelaron que en nuestra cotidianidad es común que se sorteen esas fronteras, esas barreras que no siempre protegemos con la atención y los recursos que necesitan para no caer. Dicho esto, veamos qué nos limita y por qué es tan importante poner límites.