Es normal sentirse perdido
Hace 1 día
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Hace poco escuché a alguien decir que nuestros veintes serán los mejores años de nuestra vida. Que deberíamos aprovecharlos al máximo, llenos de libertad, aventuras y exploración .

Sin embargo, no todos vivimos esta etapa con la misma claridad. De hecho, hoy, casi a los 22 años, me siento más perdido que nunca. Nunca antes había experimentado una sensación de confusión tan profunda sobre quién soy y qué quiero hacer con mi vida.

Es curioso, porque en los veintes se nos presentan tantas posibilidades: graduarse de la universidad, comenzar a trabajar, ser "adultos independientes". Pero lo cierto es que con esas oportunidades vienen también enormes responsabilidades y una presión abrumadora para tomar decisiones importantes. Y cuando no sabes qué hacer, parece que el tiempo se te escapa. Como si todo el mundo a tu alrededor tuviera su vida resuelta, mientras tú sigues buscando tu propósito.

Lo peor de todo es que la comparación está al alcance de un clic. En las redes sociales, parece que todos están ganando dinero, viajando, viviendo sus sueños. Es tan fácil caer en la trampa de pensar que los demás han descifrado el código de la vida, mientras tú te sientes atrapado en la incertidumbre. Y eso duele. La ansiedad crece, la inseguridad se apodera y, de repente, te cuestionas si has tomado las decisiones correctas.

Yo mismo, con todas las oportunidades que tengo, me encuentro procrastinando constantemente. Incluso con proyectos que sé que disfrutaría, como este video que estoy haciendo. A veces, la ansiedad de lo que podría salir mal me paraliza. Hago que todo se vea más grande de lo que es, y me convenzo de que mejor lo dejo para mañana. Y lo peor es que, al final, cuando realmente me siento a trabajar, descubro que las cosas nunca son tan difíciles como las hago en mi cabeza.

Otra cosa que he notado es lo solitario que se puede sentir todo esto. Muchos de nuestros amigos se alejan para seguir sus propios caminos y nos quedamos con un sentimiento de desconexión. Las relaciones cambian, algunas se rompen, y en el proceso, nos encontramos preguntándonos si realmente pertenecemos a algo o a alguien. Yo mismo estoy pasando por mi primer breakup, y aunque los días buenos están empezando a superar a los malos, es un camino complicado y lleno de emociones encontradas.

Sin embargo, algo he aprendido a lo largo de esta etapa: es normal sentirse perdido. Los veintes son un periodo de autodescubrimiento, un espacio para explorar y para cometer errores. No es necesario tener todas las respuestas ahora. Y aunque a veces nos sintamos tentados a comparar nuestro camino con el de los demás, debemos recordar que todos tenemos tiempos diferentes, y no hay una única forma de vivir esta etapa.

Así que, si te sientes como yo, sin un rumbo fijo, quiero que sepas que está bien. Lo único que podemos hacer es aprovechar cada experiencia, por más pequeña que sea. Aprender algo nuevo, arriesgarse un poco más, y ser pacientes con nosotros mismos. Hay luz al final del túnel, incluso cuando no podemos verla. Cada día es una oportunidad para empezar de nuevo, para darnos la oportunidad de ser quienes realmente queremos ser.

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