Las peleas son cotidianas en nuestras vidas, ya sea por pequeñeces o por algo que sobrepasa los límites. El pensamiento diferente nos caracteriza y siempre surgen esos debates en donde nunca nos ponemos de acuerdo .
Los celos también son parte de nuestra relación, un ida y vuelta que surge por querer cuidar a la otra persona, por tener miedo a que sea dañada.
La personalidad siempre nos va a separar pero la convivencia vivida en la infancia es la que nos va a unir siempre. En la niñez es cuando se empiezan a formar esos sentimientos que van desde amor profundo hasta la competitividad y los celos.
A veces no expresamos el amor que nos tenemos pero sabemos cuando el otro está triste, aunque trate de disimularlo con una gran sonrisa. Somos los primeros en estar, el primer hombro al cual tienen que acudir, nunca nos vamos a quejar de eso, porque para eso estamos, para ayudarnos cuando haga falta.
Nos peleamos entre nosotros, pero si alguien le pone una mano encima al otro, somos los primeros en salir a defenderlo. Por qué? Porque así es la relación entre hermanos, una relación entre amor y odio. Podemos estar enojados, no hablarnos por días o hasta por meses, pero si un hermano necesita algo, somos los primeros en ayudarlo con tal de verlo feliz. Hacemos lo que sea.
Nacimos en un mismo árbol y aunque nuestras ramas crezcan en diferente dirección, siempre nos unirán nuestras raíces.
HERMANOS ❤
Awwww que bonita tu publicación. Me gustó mucho. Tienes razón. Y esa relación de amor odio pasa sobretodo en el tiempo de infancia-adolescencia.. Y es cierto. Pero después cuando uno va creciendo, es una relación total de amor entre hermanos