La guerra había dejado una marca profunda en todo lo que tocaba. El campo de batalla no solo se extendía por los terrenos devastados, sino que también invadía los corazones de quienes luchaban .
En el campamento militar, el capitán Ethan Pierce era un hombre que había ganado fama entre sus compañeros no solo por su destreza en el campo de batalla, sino por su frialdad y carácter implacable. Era el tipo de persona que no perdonaba ni un solo error, y su mirada severa mantenía a todos a su alrededor en tensión. Clara siempre había oído hablar de él, y a menudo se encontraba atrapada entre la admiración y el rechazo por su actitud autoritaria.
Todo comenzó una mañana de invierno. Clara había estado tratando de estabilizar a un soldado gravemente herido cuando, de repente, una explosión cercana sacudió el hospital de campaña. Mientras los gritos de auxilio llenaban el aire, el caos se desató. Los soldados corrían, algunos huyendo, otros rescatando a sus compañeros, y Clara no dudó ni un segundo en volver a la acción.
Entre los heridos, vio a Ethan, quien había sido alcanzado por la metralla en una pierna. El capitán estaba tirado en el suelo, con la cara pálida de dolor, pero sus ojos todavía mantenían la misma determinación. Clara, aunque sorprendida por verlo en tal estado, no pudo evitar un suspiro de alivio. A pesar de todo, él seguía siendo un soldado más, y nadie podía evitar sentirse vulnerable en ese campo de guerra.
—¡Capitán Pierce! —gritó mientras corría hacia él—. ¡Permítame ayudarle!
Él, con el ceño fruncido, intentó levantarse, pero el dolor le hizo caer de nuevo. Clara, sin dudar, comenzó a atender sus heridas, a pesar de que la frustración se reflejaba en su rostro. No era la primera vez que trataba con soldados testarudos que no aceptaban su ayuda, pero el capitán Pierce era diferente. Algo en su actitud y su mirada despertó en ella una mezcla de desafío y compasión.
—No necesito una enfermera, solo... déjame... —dijo él con dificultad, mientras apretaba los dientes por el dolor.
—Si no me dejas ayudarte, te desangrarás aquí —respondió Clara con firmeza, mirando a los ojos de Ethan por primera vez sin la fachada de autoridad que siempre mostraba. Algo en esos ojos oscuros la hizo callar, y en ese momento, Clara comprendió que detrás de ese hombre duro había una historia que nunca había querido compartir.
Mientras trataba la herida de Ethan, sus manos temblaban un poco, no solo por el miedo a no ser capaz de salvarlo, sino porque algo comenzaba a cambiar en ella. El odio que había sentido por su actitud arrogante comenzaba a desvanecerse, reemplazado por una extraña conexión que no sabía cómo explicar. ¿Era la situación de desesperación? ¿La proximidad entre ellos? Tal vez ambos eran prisioneros de la misma guerra, luchando en campos distintos pero unidos en la misma batalla por sobrevivir.
Los días pasaron, y Ethan comenzó a sanar, pero la distancia entre ambos se redujo. Clara, que había visto la guerra desde una perspectiva de cuidados y sacrificio, ahora comprendía la carga que llevaba cada soldado, especialmente un hombre como Ethan. Su relación comenzó a transformarse, de enemigos a aliados, de simples conocidos a compañeros en un mundo desgarrado.
Una noche, mientras ambos compartían un breve momento de paz en la base, Ethan se volvió hacia Clara.
—No sé cómo lo haces... con todo lo que ves, cómo sigues... cómo sigues siendo tú —dijo en voz baja, observando sus ojos llenos de un cansancio que también compartía.
Clara suspiró, sabiendo que había algo más que una simple admiración en sus palabras. Algo que había crecido entre ellos, un lazo más fuerte que cualquier batalla.
—Porque en medio de esta guerra, todavía hay algo por lo que luchar. Y tal vez... tal vez ese algo sea el amor.
Ethan la miró sorprendido, pero sus labios curvaron en una pequeña sonrisa, una sonrisa que nunca antes había mostrado. Sin las máscaras de soldados, de oficiales, de enemigos, se dieron cuenta de que el amor podía florecer en los lugares más inesperados, incluso en medio de la guerra.
Así, en un mundo marcado por el conflicto y el sufrimiento, Clara y Ethan encontraron algo que parecía imposible: paz en los brazos del otro. Amor en medio de la guerra.