La comunicación asertiva es una habilidad clave en la crianza respetuosa, ya que enseña a los niños a expresar sus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera respetuosa y clara, sin agredir a los demás ni someterse a sus deseos. Esta habilidad no solo mejora las relaciones interpersonales, sino que también fomenta el autoestima y la confianza en uno mismo.
La comunicación asertiva implica expresar lo que uno siente, piensa o necesita de manera directa, honesta y respetuosa, sin miedo al rechazo ni la imposición .
Modelar la comunicación asertiva Los niños aprenden principalmente observando el comportamiento de los adultos. Como padres o cuidadores, es esencial que practiquemos la comunicación asertiva en nuestra vida cotidiana. Esto incluye expresar nuestros propios pensamientos y emociones de manera clara y respetuosa, tanto en situaciones cotidianas como en momentos de tensión.
Ejemplo: En lugar de decir “¡No quiero que me interrumpas!” en un tono agresivo, podrías decir “Te pediría que me dejes terminar lo que estoy diciendo, y luego te escucharé con gusto.”
Enseñar el uso de frases en primera persona Los niños pueden ser enseñados a utilizar frases en primera persona, como “Yo siento…” o “Yo pienso…” para expresar sus emociones o deseos. Esto les ayuda a comunicar sus necesidades sin culpar o atacar a los demás.
Ejemplo: “Yo me siento triste cuando no me escuchas” en lugar de “Tú nunca me escuchas”.
Fomentar la expresión de emociones Es importante que los niños aprendan a identificar y expresar sus emociones de manera adecuada. Puedes enseñarles nombres de emociones (tristeza, alegría, enojo, miedo) y ayudarlos a encontrar palabras para describir lo que sienten. Esto les da herramientas para comunicarse de manera más efectiva.
Ejemplo: En lugar de reaccionar con un berrinche, podrías guiar a tu hijo para que diga “Estoy enojado porque no puedo jugar más”.
Fomentar el uso de lenguaje positivo Enséñales a usar un lenguaje respetuoso y positivo, incluso cuando se enfrenten a situaciones difíciles. Esto incluye evitar palabras hirientes o negativas y buscar soluciones de manera constructiva.
Ejemplo: En lugar de decir “No me gusta esto, ¡es una tontería!”, podrían decir “No me gusta esto, ¿podemos intentar algo diferente?”
Escucha activa La asertividad también implica saber escuchar. Asegúrate de que el niño comprenda que su voz y sus sentimientos son importantes. Practicar la escucha activa —mirando a los ojos, no interrumpiendo y validando sus emociones— fomenta un ambiente donde el niño se siente respetado y motivado a comunicarse abiertamente.
Reforzar positivamente Cada vez que el niño use una forma de comunicación asertiva, refuerza su comportamiento de manera positiva. Esto puede ser con elogios, recompensas o simplemente reconociendo sus esfuerzos.
Ejemplo: “Me gusta mucho cómo me dijiste lo que necesitas, ¡es una forma muy respetuosa de comunicarte!”
Practicar situaciones hipotéticas A los niños les puede resultar útil practicar la comunicación asertiva en situaciones hipotéticas antes de que surjan en la vida real. Puedes hacer juegos de roles donde ellos tengan que expresar lo que sienten o necesitan, ayudándolos a encontrar las palabras adecuadas.
Ejemplo: Jugar a situaciones como “¿Qué harías si un amigo te quita tu juguete?” y guiar al niño para que responda de manera respetuosa y asertiva.
Enseñar a los niños a comunicarse de manera asertiva les proporciona una herramienta poderosa para resolver conflictos, expresar sus sentimientos y construir relaciones saludables. Al hacerlo de manera respetuosa y consciente, los padres y cuidadores pueden sentar las bases para una vida de interacciones más positivas y equilibradas.