Imagina despertar una noche en medio de la oscuridad, solo para encontrar una figura oscura con ojos negros y una cara monstruosa mirándote fijamente. Esta es la aterradora pesadilla que comenzó para un niño llamado David en 1980, en Estados Unidos .
David, un niño de 11 años, comenzó a ser perseguido por una entidad demoníaca que prometió llevarse su alma. A medida que el niño se sumergía más en la oscuridad, su comportamiento se volvía cada vez más extraño. Aparecían marcas misteriosas en su cuerpo, como arañazos y golpes, y las noches se llenaban de gritos y visiones de la figura monstruosa. Su familia, aterrada, recurrió al sacerdote local, pero nada parecía calmar la creciente oscuridad en su hogar.
Fue entonces cuando los Warren, la pareja de investigadores paranormales más conocida del mundo, llegaron al caso. Mientras estaban en la casa de la familia, la atmósfera se volvió densa, y extraños ruidos comenzaron a emanar del sótano. Las puertas se azotaban solas, y una presencia oscura se hizo evidente. Lorraine Warren, famosa por su capacidad de percibir entidades, vio algo espeluznante: una sombra oscura que se acercaba a David, con intenciones claramente malignas. Era evidente que algo mucho más peligroso que una simple posesión estaba ocurriendo.
Los Warren, junto con un sacerdote del Vaticano, realizaron tres exorcismos para liberar a David de la entidad que lo atormentaba. Durante el último exorcismo, Arne Johnson, el prometido de la hermana de David, cometió un grave error: desafió al demonio, burlándose de él y retándolo a poseerlo. Fue este acto imprudente lo que desencadenó una serie de eventos fatales.
Poco después de los exorcismos, Arne comenzó a experimentar cambios extraños en su comportamiento. Veía a la misma criatura demoníaca que había acechado a David, y en su mente comenzaba a perder el control. En febrero de 1981, Arne cometió un crimen que nunca olvidaría: asesinó a un hombre llamado Alan Bono, quien trabajaba en el lugar donde él y su novia vivían. Durante el juicio, la defensa de Arne alegó que él había sido poseído por el demonio en el momento del crimen, repitiendo constantemente: "El diablo me obligó a hacerlo."
Este caso nunca antes se había visto en los tribunales de Estados Unidos: un juicio por asesinato en el que la defensa se basaba en la posesión demoníaca. Aunque el juez rechazó la defensa, el juicio se convirtió en un fenómeno mediático que atrajo la atención de todo el mundo. Finalmente, Arne fue sentenciado a 10 a 20 años de prisión, pero por buen comportamiento, pasó solo 5 años tras las rejas. Tras su liberación, Arne y Debbie, la hermana de David, se casaron, y aunque su vida continuó, el horror de aquel caso jamás los abandonó.
El caso de Arne Johnson marcó un hito en la historia judicial y paranormal de Estados Unidos, y fue uno de los más perturbadores en la carrera de los Warren. Un caso que no solo cambió sus vidas, sino que también dejó una huella imborrable en la historia del ocultismo y las investigaciones paranormales. Hoy, más de 40 años después, sigue siendo un misterio sin resolver: ¿realmente estuvo Arne poseído? ¿O fue su propia mente la que sucumbió a la oscuridad?