La chispa eterna: Un amor que desafía el tiempo y la distancia??
Hace 6 días
Tiempo de lectura aprox. :
3 min.
+3 votos

Era una tarde de verano cuando Andrea y Diego se encontraron por primera vez, sin saber que ese encuentro sería el inicio de algo que perduraría para siempre. Ambos eran estudiantes de último año en la universidad, pero no se conocían .

Andrea, introvertida y soñadora, pasaba sus días en la biblioteca, mientras que Diego, extrovertido y lleno de vida, siempre tenía una sonrisa lista para compartir.

El destino los unió de una manera inesperada. Un día, en medio de la cafetería, Andrea derramó su café sobre el cuaderno de Diego, justo cuando él estaba a punto de entregar su trabajo final. Fue un desastre, pero Diego no se enojó, sino que soltó una risa contagiante.

—¡Vaya, qué forma de empezar un día! —dijo, mientras limpiaba el cuaderno.

Andrea, avergonzada, no sabía qué decir, pero Diego, con su carisma, logró hacerla reír. Después de ese accidente, comenzaron a hablar más, primero sobre el café, luego sobre sus carreras, y finalmente sobre sus sueños y miedos más profundos.

Los días pasaron, y entre risas y conversaciones interminables, se hizo evidente que algo especial estaba naciendo entre ellos. Andrea comenzó a sentirse más segura de sí misma, mientras que Diego encontró en ella una compañera de vida, alguien con quien compartir no solo las alegrías, sino también las dificultades.

Sin embargo, las circunstancias cambiaron cuando Andrea recibió una oferta de trabajo en el extranjero, una oportunidad que no podía dejar pasar. El día antes de su partida, Diego la llevó a su lugar favorito: un pequeño parque junto al río, donde las luces de la ciudad se reflejaban en el agua, creando una atmósfera mágica.

—Te voy a extrañar —dijo Diego, mirando a Andrea a los ojos.

—Yo también te voy a extrañar —respondió ella, con la voz quebrada—. Pero, ¿qué pasará con nosotros?

Diego sonrió, tomando su mano con fuerza.

—Lo que sea que pase, no importa. Porque lo que tenemos no se apaga, Andrea. Aunque estemos lejos, esta chispa que encendimos nunca se apagará. Y cuando regrese, quiero que sea para ti.

Andrea lo miró, con lágrimas en los ojos, pero una sensación de paz en el corazón. Sabía que, aunque el futuro era incierto, lo que compartían era genuino. No dependía de la distancia ni del tiempo.

Pasaron los años, y aunque ambos vivieron experiencias distintas en lugares lejanos, su amistad y amor nunca se extinguieron. Se escribían cartas, se llamaban, y en cada reencuentro, esa chispa que se había encendido años atrás seguía ardiendo con la misma intensidad.














Porque a veces, el amor no se trata de estar siempre cerca, sino de saber que, sin importar la distancia, lo que tienes con alguien es una chispa que, aunque pase el tiempo, nunca se apaga.

174 visitas
Valora la calidad de esta publicación
1 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.