La sonrisa oculta: Descubriendo la verdad detrás de la perfección??
Hace 6 días
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Alicia siempre había sido la chica popular de la escuela. Su sonrisa era su carta de presentación: brillante, segura, siempre dispuesta a alegrar a todos a su alrededor .

Todos la conocían, todos la admiraban, pero pocos sabían que había algo más detrás de esa fachada perfecta.

Carlos, un compañero algo reservado, se había fijado en ella desde hacía meses. Aunque siempre la veía rodeada de amigos y admiradores, algo en su forma de ser lo cautivaba. Un día, durante el descanso, mientras el bullicio llenaba el patio de la escuela, él decidió acercarse.

—Hola, Alicia —dijo con una tímida sonrisa, buscando captar su atención entre la multitud.

Alicia lo miró sorprendida, como si no esperara que alguien se acercara a ella en ese momento. La verdad es que estaba acostumbrada a que solo sus amigos cercanos la rodearan, pero Carlos tenía algo distinto. Su mirada no era de admiración ni de deseo. Era simplemente curiosidad, como si quisiera conocerla de verdad.

—Hola, ¿cómo estás? —respondió con la misma sonrisa brillante, pero en sus ojos había algo de cansancio que Carlos no pudo ignorar.

Se sentaron en una banca apartada, lejos de la multitud. Carlos notó que, aunque Alicia hablaba de sus actividades y su día a día, su voz sonaba vacía, como si cada palabra fuera un eco lejano de lo que realmente sentía.

—¿Sabes? Siempre pensé que tenías una vida perfecta —dijo Carlos, mirando al horizonte. Era su forma de romper el hielo.

Alicia soltó una pequeña risa, pero esta vez no fue la risa alegre y contagiosa que todos conocían. Fue una risa triste, melancólica.

—Todo el mundo piensa eso. Es fácil mostrar una sonrisa cuando todo lo que te rodea está lleno de expectativas.

Carlos la miró fijamente, sorprendiendo por sus palabras.

—¿Expectativas? —preguntó, curioso.

Alicia miró al suelo, como si estuviera buscando las palabras correctas.

—Mi sonrisa… la he usado durante años para esconder lo que realmente siento. La gente espera que siempre esté feliz, que siempre sea la chica perfecta, la amiga que todos quieren tener. Pero… —sus ojos se nublaron un poco—, pero la verdad es que a veces me siento vacía. A veces siento que soy más una actuación que una persona real.

Carlos no sabía qué decir. Nunca imaginó que detrás de esa sonrisa tan perfecta hubiera tanto dolor.

—¿Por qué no lo dices? —preguntó finalmente, suavemente. —¿Por qué sigues ocultando lo que sientes?

Alicia se quedó en silencio unos segundos, mirando sus manos entrelazadas.

—Porque el mundo no está listo para ver mi tristeza. Porque si dejo que vean mi verdadero yo, entonces temen que me rompa. Y no quiero que me vean como alguien débil.

Carlos la miró con una mezcla de admiración y compasión.

—No eres débil. No tienes que cargar con todo sola. A veces, una sonrisa es solo una máscara que nos pone el mundo. Pero detrás de esa máscara, también eres humana, y está bien no estar bien a veces.

Alicia levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Carlos. Algo cambió en su mirada, como si por primera vez sintiera que alguien entendía su carga. Por un momento, dejó caer la fachada, y en su rostro apareció una sonrisa genuina, más cálida y real que nunca.

—Gracias, Carlos. Tal vez… tal vez ya es hora de dejar de esconderme detrás de la sonrisa.

A partir de ese día, Alicia no solo comenzó a mostrar su sonrisa real, sino que también aprendió a compartir sus sentimientos. Y aunque no todo fue fácil, supo que, por fin, ya no tenía que cargar sola con el peso de la máscara.
























Y Carlos, a su lado, siempre estuvo dispuesto a ver más allá de su sonrisa, para comprender la verdad que solo pocos podían descubrir.

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