La vida no siempre es fácil. A veces, parece que todo se pone en nuestra contra, y esos días grises se sienten interminables .
Cuando te enfrentas a momentos difíciles, es muy fácil caer en la trampa de dejar que las emociones pesadas definan tu vida. El miedo al dolor, a lo incierto, nos lleva a intentar apagar esas emociones. Pero, ¿qué pasaría si, en lugar de reprimirlas, simplemente les dieras espacio? Si dejas que tus emociones fluyan, te darás cuenta de que tienen algo que enseñarte. La tristeza, el enojo o la frustración tienen un propósito: hacer que observes y aprendas. Y una vez que han cumplido su función, se irán por sí solas, sin que tengas que forzarlas a desaparecer.
Es fácil caer en la tentación de ver solo lo negativo cuando atravesamos momentos de dificultad. Muchas veces, un paso en falso puede parecer el fin del mundo, y creemos que esa caída define todo lo que somos. Pero es crucial recordar que un mal momento no te define. Eres mucho más que tus errores, que esos días en los que todo parece ir mal. No dejes que una nube oscurezca tu cielo; tienes toda una historia llena de logros, aprendizajes y momentos hermosos que te han traído hasta aquí. Eres mucho más que ese día gris. ¡No olvides toda tu magia!
Es muy común, cuando las cosas se complican, que nuestra mente se llene de pensamientos negativos: “Todo me sale mal” o “Hay algo mal conmigo”. Pero lo cierto es que eres mucho más de lo que tu mente te dice en momentos difíciles. Confía en ti mismo. Tienes la fortaleza y las herramientas necesarias para superar cualquier adversidad. No dejes que el dolor o la frustración te hagan dudar de tu valor. Nunca olvides lo importante que eres, especialmente cuando la tormenta parece interminable.
Sabemos que el tiempo puede parecer detenerse cuando sufrimos. Es fácil pensar que el dolor nunca terminará. Sin embargo, te invito a recordar que nada es eterno, ni siquiera el sufrimiento. Todo tiene un principio y un fin. La paciencia es clave. Da un paso a la vez, y con cada uno, te irás acercando más a la calma. Esto también pasará.
Otra herramienta poderosa en estos momentos difíciles es tu sistema de apoyo. No tienes que atravesar esta tormenta solo. Voltea a tu alrededor y reconozce a esas personas que están dispuestas a caminar a tu lado, a brindarte su apoyo incondicional. Ellos son los que, desde su amor y cariño, te ayudarán a encontrar la luz. No tengas miedo de pedir ayuda. Hacerlo no te hace débil, sino valiente. Pedir apoyo es un acto de fuerza y sabiduría, no una señal de debilidad. Todos necesitamos ayuda en algún momento, y está bien aceptarla.
Así que, si hoy te sientes abrumado, si sientes que el dolor es demasiado, respira profundamente. Permítete sentir lo que estás sintiendo, pero también recuerda que no estás solo en este camino. La vida sigue adelante, y lo mismo hará tu proceso de sanación. No te apresures, no te castigues por sentirte vulnerable. Todo pasará.
Y recuerda siempre, tú eres más fuerte de lo que piensas, y todo lo que hoy parece doloroso, pronto será solo una lección aprendida. Así que, da un paso más y confía en que el sol brillará de nuevo en tu vida.