¿Alguna vez has sentido que todos te observan, te juzgan o están pendientes de cada uno de tus movimientos? Es común pensar que todo el mundo está fijándose en nuestros errores, en lo que no nos gusta de nosotros mismos, o en lo que tememos que los demás piensen de nosotros. Pero la verdad es que los demás no piensan tanto en ti como crees.
Imagina que estás en una sala llena de personas .
Cuando entendemos que la mayoría de las personas están preocupadas por sus propios miedos e inseguridades, empezamos a liberarnos de la ansiedad por el juicio ajeno. Nos damos cuenta de que, en realidad, las personas no están observando cada uno de nuestros movimientos, y mucho menos nos están criticando tan intensamente como creemos.
La próxima vez que te sientas inseguro o te invada el miedo a ser juzgado, recuerda este principio. No te tomes tan en serio los juicios de los demás. Todos estamos tan enfocados en nosotros mismos que, en el fondo, estamos mucho más tranquilos de lo que creemos. Vive con más confianza, porque la verdad es que la atención de los demás es fugaz y menos significativa de lo que imaginamos.