San Miguel de Allende, en el estado de Guanajuato, es uno de los destinos más bellos y mágicos de México. Su arquitectura colonial, calles empedradas y ambiente bohemio lo convierten en un lugar único .
Además de su historia y cultura, San Miguel de Allende es un paraíso para los amantes del arte, con numerosas galerías, talleres y festivales. No puedes dejar de visitar el Jardín Botánico El Charco del Ingenio y disfrutar de su oferta gastronómica, que mezcla cocina tradicional mexicana con tendencias modernas.
Es el lugar ideal para caminar, admirar sus atardeceres y empaparse de un ambiente relajado y sofisticado.
Ubicado a menos de dos horas de la Ciudad de México, Tepoztlán es conocido por su atmósfera mágica, su energía especial y su belleza natural. Este pueblo, enclavado en las montañas, es hogar del famoso Cerro del Tepozteco, donde se encuentra una pirámide prehispánica dedicada al dios Ometochtli-Tepoztécatl. La caminata hasta la cima es desafiante, pero las vistas panorámicas valen completamente el esfuerzo.
En el centro del pueblo, destaca el exconvento de la Natividad, declarado Patrimonio de la Humanidad, y el mercado, donde se pueden probar delicias como las tlayudas y los famosos helados de sabores exóticos.
Tepoztlán es también conocido como un lugar de bienestar, con múltiples spas, temazcales y actividades espirituales, como meditaciones y ceremonias tradicionales.
Ambos destinos, aunque muy diferentes, ofrecen experiencias inolvidables para quienes buscan belleza, cultura y conexión con el entorno.