Si, así de simple y así de poderoso. Lo que comes, lo que bebes, lo que piensas, lo que sientes, lo que lees, lo que ves, lo que escuchas… todo eso fluye en tu bienestar físico, mental y emocional.
Si te levantas pensando que todo va a salir mal, que no tienes nada que ofrecer al mundo y que nadie te quiere, ¿Cómo crees que te vas a sentir?
Probablemente deprimido, ansioso, triste y sin energía .Y eso se va a reflejar en tu aspecto físico, en tu salud y en tus relaciones.
Pero si por el contrario, te levantas con una sonrisa, agradeciendo por todo lo que tienes y lo que eres, y con ganas de aprovechar el día al máximo, ¿Cómo crees que te vas a sentir?
Seguramente feliz, motivado, optimista y lleno de vitalidad. Y eso se va a notar en tu rostro, en tu cuerpo y en tu entorno.
¿Ves la diferencia? Todo depende de cómo te alimentes por dentro y por fuera. Por eso es importante que cuides lo que comes, pero también lo que piensas y sientes. Porque todo eso forma parte de ti y de tu esencia.