Este mapa representa cómo era Norteamérica hace 77 millones de años en comparación con su forma actual (las líneas negras marcan el contorno del continente tal como lo conocemos hoy).
En aquella época, las provincias atlánticas de Canadá formaban parte de una gran masa terrestre conocida como Appalachia, mientras que la costa oeste aún no se había integrado al continente.
Todo esto es consecuencia del movimiento de las placas tectónicas.
Durante el período Cretácico, las dos principales masas terrestres eran Laramidia y Appalachia, separadas por el Mar Interior Occidental. La existencia de estas regiones se ha comprobado mediante el análisis de fósiles, que muestran especies distintas en cada una .
La separación del continente se explica por la actividad tectónica, y los sedimentos marinos confirman la presencia del mar que dividía ambas masas. Los mapas geológicos se elaboran combinando restos fósiles, análisis de formaciones geológicas y simulaciones que permiten reconstruir los movimientos tectónicos y la disposición de los continentes en aquel tiempo.