Mientras miraba sus ojos sobre los míos, mi piel me pedía más y mi corazón daba saltos al rozar los pulpejos de tus dedos, me tomaste de la cintura y me acercaste fuertemente contra ti, de tal manera que pude sentir el calor de tu cuerpo entonces no pude resistirme más y yo solo.. me deje llevar, al cabo de unos segundos tu cálidos labios estaban en contacto con los míos algo temblorosos, cerrando los ojos experimente una tormenta hormonal en donde mis labios solo pedían más y más, esa sensación indescriptible del primer beso estaba ahí, entonces aquella frase de Pablo Neruda tuvo sentido "En un beso sabrás todo lo que he callado" .
Me envolviste en tus brazos y con cada movimiento te daba algo de mí, tus labios provocadores humedecían los míos y antes de terminar el beso te aferraste a mi labio inferior para terminar con una dulce mordida, que hizo que el beso fuera un cóctel de emociones. Al final me miraste a los ojos y me abrazaste pidiéndome que no me vaya, sería incapaz de hacerlo contesté, no lo haría porque eso implicaría dejar tus besos...