Desarrollar resiliencia ante las adversidades implica aprender a enfrentar los desafíos con fortaleza y adaptarse a las circunstancias difíciles. Esto no significa evitar los problemas, sino abordarlos con una mentalidad constructiva .
Primero, es fundamental cultivar una mentalidad positiva. Esto no implica ignorar los aspectos negativos de una situación, sino enfocarse en lo que se puede controlar y en las oportunidades que pueden surgir de la dificultad. Aprender a replantear los pensamientos negativos y buscar soluciones prácticas es esencial.
El apoyo social también juega un papel clave. Rodearse de personas que ofrezcan apoyo emocional, consejos constructivos y compañía puede marcar una gran diferencia.