Fue una tarde del cuarto mes del año, tu tan alto, con tu pelo oscuro, yo tan encantada como con la luna en su cuarto creciente.
Supe que ese día sería el decisivo, en el que nuestras palabras no serían suficientes para encontrar una mejor razón por conocerte, si no, que con un toqué de café en tus labios y una sonrisa en ambos, determinó y nos terminó el día con el besó tan esperado; para decirnos un intangible, Te Amo.. .