A lo largo de la historia del cine y la televisión, la representación femenina ha sido un tema de constante evolución y debate. Durante muchas décadas, las mujeres fueron relegadas a papeles secundarios, generalmente como esposas, madres o intereses amorosos, lo que reflejaba los prejuicios sociales de la época .
Sin embargo, en las últimas décadas, ha habido un cambio significativo. La creciente visibilidad de mujeres como directoras, guionistas y productoras ha permitido una representación más compleja y diversa de las mujeres en pantalla. Las historias ahora incluyen a mujeres líderes, heroínas, científicas, luchadoras sociales, y personajes con historias más ricas y multidimensionales. Series y películas como Wonder Woman, The Hunger Games o Big Little Lies presentan a mujeres con características complejas, que enfrentan desafíos tanto internos como externos, y que no se limitan a estereotipos.
Además, se ha prestado atención a la diversidad dentro de la representación femenina, abarcando diferentes razas, etnias, orientaciones sexuales y tamaños. Esto permite que una mayor cantidad de personas se vea reflejada en las historias que consumen, lo que contribuye a una sensación de inclusión y pertenencia. La representación de mujeres LGBTQ+ también ha ganado espacio, ampliando la comprensión de la diversidad sexual y rompiendo barreras que antes eran invisibles en los medios.
A pesar de los avances, aún queda trabajo por hacer. Las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en ciertos géneros, especialmente en los papeles de dirección y producción. También persisten los estereotipos dañinos que retratan a las mujeres de maneras limitadas, como la obsesión con la juventud y la belleza, o la tendencia a presentar a las mujeres como figuras pasivas en lugar de activas. No obstante, el cine y la televisión continúan siendo plataformas poderosas para desafiar y transformar las normas sociales, y el papel de las mujeres en ellas sigue cambiando, evolucionando hacia una representación más justa, variada y auténtica.