En un mundo donde la productividad parece ser el único objetivo, existe una forma más placentera de realizar las tareas más cotidianas y sencillas desde la inteligencia emocional. Desde regar las plantas con calma y sin prisa hasta ordenar tus repisas escuchando tus podcasts o discos favoritos .Esto se conoce en inglés como “puttering”.

♡ ¿Qué es el puttering?
De acuerdo con Sophia Dembling en Psychology Today, el puttering no es lo mismo que solo hacer las tareas del hogar, que implica un trabajo más pesado. "Esto es ocuparse del desorden visual que tiende a amplificar el ruido de una mente ocupada. Si dejamos que nuestra mente tome el control, esta se inclinará hacia las pequeñas molestias como los montones de correo y los proyectos sin terminar para que las resolvamos. Lavamos las cortinas del dormitorio, colgamos un cuadro, hacemos que las cosas se vean bien".

Cuando realizas tareas cotidianas como doblar la ropa, preparar una comida sencilla o limpiar algún rincón olvidado de tu casa, sin la presión de cumplir o entregar, tu mente entra en un estado de relajación similar al que se logra con prácticas como el yoga o la meditación. En lugar de preocuparse por el pasado o el futuro, las personas que practican el puttering pueden concentrarse en el presente, disfrutando del proceso sin expectativas.

♡ ¿Cómo practicar el puttering?
Cuando la mente no está sometida a la presión de resolver problemas complejos, tenemos espacio para la creatividad. Además, completar pequeñas tareas genera una sensación de logro. Incorporar el puttering en tu rutina diaria es muy sencillo, y aquí tienes algunas ideas:

1. Ordena tu espacio. Dedica unos minutos a organizar un rincón de tu hogar. No necesitas terminar todo, solo disfruta del acto de poner las cosas en su lugar.
2. Prepara algo delicioso. Cocina una receta que te guste, sin prisa. Permítete experimentar y saborear el proceso.
3. Cuida tus plantas. Si tienes plantas, este es un momento perfecto para regarlas, podarlas o solo observarlas.
4. Haz manualidades. Dibuja, pinta o realiza alguna actividad creativa sin preocuparte por el resultado final.
El puttering puede enseñarnos una valiosa lección: no todo en la vida debe tener un propósito concreto o ser parte de una meta a largo plazo. A veces, el mayor regalo que podemos darnos es la libertad de disfrutar del presente.