Existen cuatro tipos de apego según los psicólogos: el apego seguro, el ansioso, el evitativo y el desorganizado. Cada tipo de apego posee una serie de características que hace que nuestra conducta varíe con respecto a la persona por la que lo sentimos .Pero independientemente de los tipos de apego, debemos ser conscientes de que no necesitamos ni debemos depender de nadie.
Tomar conciencia de que solo nosotros mismos influimos en nuestro propio bienestar, es una de las principales metas que debemos alcanzar para encontrar la paz mental que necesitamos.

Para cultivar el desapego, los psicólogos se refieren a cuatro cuestiones que debemos tener muy en cuenta para sentirnos bien con nosotros mismos sin necesidad de depender de nadie más. La primera de ellas es la de hacernos responsables de nosotros mismos, esto quiere decir que debemos tomar las riendas de nuestra propia vida y de nuestras decisiones y no depender de los demás para lograr la felicidad.

En segundo lugar, debemos asumir la realidad y aceptarla para vivir el presente con garantías. Para ello debemos centrarnos solo en lo que importa en este momento sin necesidad de pensar ni atormentarnos por el futuro. Para ello deberemos dejar de lado las expectativas y aceptar la realidad para lograr una mayor capacidad para afrontar los problemas.

La tercera regla consiste en pensar en nuestra libertad propia y en aceptar que los demás tengan la suya, consiguiendo así evitar el apego hacia las personas más cercanas a nosotros. Esta regla nos invita a conseguir un equilibrio entre nuestras necesidades y las de los demás, permitiendo que el resto de personas que nos rodean sean libres para tomar sus propias decisiones al igual que nosotros podemos hacer lo mismo, valiéndonos únicamente de nuestra libertad y de nuestra autonomía.

Por último la cuarta regla, y lo que aconsejan los psicólogos, es asumir que la vida llena de cambios y que no podemos preverlos ni controlarlos. Esta regla tiene que ver con las pérdidas que sufriremos a lo largo de nuestra vida, por lo que es vital aceptarlas y dejar ir a las personas que ya no quieren estar en nuestra vida para poder alcanzar así la sensación de paz y libertad con nosotros mismos.