Disciplina e procrastinação.

  Buenos días a todos. Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre algunos contrastes que determinan el rumbo de nuestra vida: disciplina versus procrastinación, deseo transformado en acción, sueños convertidos en metas y proyectos que se convierten en logros .

  Nos esforzamos por lograr la disciplina versus la procrastinación. La Biblia nos enseña que “todo tiene su tiempo, y todo lo que quiere estar bajo el cielo tiene su tiempo” (Eclesiastés 3:1), y comprender el tiempo es fundamental para vencer al viejo enemigo llamado procrastinación. La procrastinación muchas veces nace del miedo, de la inseguridad o de la falsa idea de que tendremos otra oportunidad. Pero recordemos que el futuro se construye ahora. La disciplina es nuestro aliado invisible, el pilar que nos permite atravesar tormentas y conquistar nuestros sueños. Es la práctica la que nos prepara, nos moldea y nos lleva a la excelencia.

  Ahora bien, tengamos deseo en contraste con acción. El deseo es el punto de partida, pero al igual que una llama sin combustible, el deseo sin acción se disipa. La psicología moderna nos revela que nuestras acciones moldean más que los resultados: transforman nuestra identidad. Cuando actuamos, reaccionamos sobre el terreno a nuestro entorno, así como a nuestro ser interno, generando resiliencia y confianza en nosotros mismos. Por eso, amigos, no basta con desear: es necesario actuar, porque la fe sin obras está muerta.

  Si bien nuestros sueños se comparan con nuestras metas, tenerlos es vital. Hijo la luz que nos guía. Pero así como José necesita interpretar y trabajar por sus propios sueños, nosotros debemos traducir nuestras esperanzas en objetivos claros y alcanzables. Las metas son sueños con un plan de acción. Detalla el camino, trae responsabilidad y marca las pequeñas victorias a lo largo del camino.

  Finalmente, abordemos los proyectos versus los logros. En el mundo empresarial aprendemos que un proyecto es sólo una idea hasta que se ejecuta. Las empresas exitosas se basan en la capacidad de transformar pensamientos en productos y conceptos en procesos. Lo mismo sucede en la vida personal. Tenemos que ser artífices de nuestros logros, construyendo diariamente con pasión, esfuerzo e integridad. Recordemos las palabras de Jesús: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21). Si nuestro corazón está en nuestros proyectos, debemos revertir nuestros mejores esfuerzos para transformarlos en logros.

  Contemplemos hoy estos aspectos con un nuevo compromiso. Que podamos posicionarnos contra la procrastinación con disciplina, transformar los deseos en acciones dinámicas, convertir los sueños en metas definidas y pulir nuestros proyectos hasta que brillen como logros brillantes. Que cada paso dado sea motivo de creciente inspiración y ejemplo para quienes nos rodean.

  Traemos juntos el camino hacia un futuro lleno de propósito, esfuerzo y logros duraderos. El momento es ahora y las elecciones están en nuestras manos.

  Por: Patrick Vieira