En una pequeña isla en el océano Índico, había una vez un pájaro llamado Dodo. El Dodo era un pájaro grande y bondadoso, con un plumaje grisáceo y un pico ancho y fuerte.
El Dodo vivía en armonía con los otros animales de la isla, y se alimentaba de frutas y semillas .
Sin embargo, la llegada de los humanos a la isla cambió todo.
Los humanos cazaron al Dodo para obtener su carne y sus huevos, y también introdujeron animales como los cerdos y los macacos, que competían con el Dodo por la comida y el hábitat.
A medida que pasaban los años, la población de Dodos disminuyó drásticamente. Los humanos no se dieron cuenta del daño que estaban causando, y el Dodo se convirtió en una especie en peligro de extinción.
Un día, una joven llamada María se mudó a la isla con su familia. María se enamoró del Dodo y se convirtió en su defensora más apasionada.
María trabajó incansablemente para proteger al Dodo y su hábitat, pero era demasiado tarde. La última Dodo de la isla murió en brazos de María, y la especie se extinguió para siempre.
María se sintió devastada por la pérdida del Dodo, y se dio cuenta de que la humanidad había cometido un error irreparable. Sin embargo, también se dio cuenta de que la historia del Dodo podía servir como una lección para proteger a las otras especies en peligro de extinción.
María dedicó su vida a proteger la naturaleza y a concienciar a la gente sobre la importancia de preservar la biodiversidad. Y aunque el Dodo ya no existe, su legado vive en el corazón de María y en la conciencia de la humanidad.