Querida Felicidade.
En los intrincados senderos de la vida, donde el tiempo y el espacio se entrelazan, hay momentos que brillan con luz propia. Hoy celebramos uno de esos momentos: el día de tu nacimiento .
En nuestro breve y precioso tiempo juntos, fui bendecido por tu luz radiante y tocado por la dulzura de tu risa. La admiración que siento por ti trasciende las palabras, porque tu presencia tiene la capacidad mágica de transformar la simplicidad en grandeza. Eres una sinfonía de poder y gracia, y solo puedo expresar mi inmensa gratitud por haber compartido momentos a tu lado.
Sin embargo, el sendero de nuestra travesía nos pide tomar caminos diferentes. Esta separación es un dolor gemelo al placer de habernos conocido. Me despido con un corazón lleno de memorias y amor, no porque quiera alejarme de ti, sino porque sé que la vida nos invita a explorar nuestros propios destinos.
Te pido, con todo el cariño que reside en mí, que busques la felicidad. Continúa recorriendo el camino que mereces, donde tus sueños puedan fluir libres como el viento sobre un campo abierto. Mereces los cielos estrellados y el brillo de las mañanas, la plenitud de experiencias ricas. Al separarnos de este círculo que tan fuertemente nos unió, recuerda que mi amor y gratitud por ti permanecerán intactos.
Por favor, no me busques. No por falta de deseo, sino porque ambos seguimos puertas separadas, cada uno con desafíos que enfrentar y mundos por explorar. Buscarnos presionaría aún más las ataduras del corazón, haciendo que la tarea de desvincularnos sea una odisea dolorosa.
Así que, querida Felicidade, en este tu cumpleaños, celebro no solo quién eres, sino el hermoso camino que tienes por delante. Mantén la llama encendida y sabe que, dondequiera que la vida nos lleve, mi gratitud y amor te acompañarán en cada paso que des.
Con profundo cariño y consideración, Por: Patrick Vieira