Confusión: “No sé qué hacer”
La cura: Comienza con algo pequeño. Da el primer paso y aprender mientras avanzas.
¡Los errores son parte del proceso!
Miedo: “Simplemente no puedo”.
La cura: Recuerda las veces en las que enfrentaste miedos similares y tuviste éxito.
Usa eso como motivación para empezar.
Mentalidad fija: “Tengo miedo de fracasar o parecer tonto”
La cura: Adopta una mentalidad de crecimiento .
¡Puedes mejorar con esfuerzo!
Cansancio: “Estoy demasiado cansado. No tengo energía”
La cura: Empieza con tareas pequeñas para ganar impulso La energía vendrá con el movimiento.
Falta de interés: “No me importa nada”
La cura: Reflexiona sobre lo que realmente te apasiona y busca formas de conectarlo con tus responsabilidades.
Arrepentimiento: “Soy demasiado viejo para empezar. Es demasiado tarde”
La cura: Nunca es demasiado tarde para aprender y mejorar. Cada día es una nueva oportunidad.
Identidad: “Soy una persona perezosa”.
La cura: Desafía esa etiqueta. La pereza es un comportamiento, no una identidad fija.