Recuerdo todo como si fuera el primer día.
Ese día, cuando llegó tu solicitud; yo estaba mal sentimentalmente. No me tomé la molestia de ver bien quién eras .Sólo vi que ibas en la misma escuela que yo.
Recuerdo los primeros mensajes:

Tú: Hola - 8:30pm

Yo: Hola - 9:00pm

Tú: ¿Cómo estás? - 9:45pm

Yo: Bien, ¿y tú? Jaja, creo que nuestros horarios no coinciden. - 10:30pm

Y de ahí hablamos y hablamos esa noche. De alguna manera me animaste la noche. Olvidé el motivo por el cual estaba triste y en ese momento supe que serías mi perdición.
Me arriesgué contigo y te seguí hablando toda esa noche. Y la siguiente y la que sigue y la que sigue después de esa siguiente... en fin, te dediqué cada una de mis noches durante mucho, mucho tiempo.
Me desvelaba contigo y me hacías sentir pff!
Supe en ese momento que había encontrado lo que tanto había esperado.
Me hacías volar a otros lugares con tus mensajes.
Cuando me decías: "Me gustas", "Eres mi Crush", yo sentía que lo tenía todo. No me importaba nada más.
Yo... Estaba completamente loca por ti.
Cuando alguien me preguntaba que quién me gustaba, no lo dudaba ni un segundo y enseguida mencionaba tu nombre.
Amaba verte en la escuela, amaba hablarte todos los días por mensaje. Todo parecía ir de maravilla entre nosotros.
Recuerdo cada uno de nuestros mensajes.
Me apoyaste muchísimas veces y me confíabas hasta tu vida.
Recuerdo que cada vez que tenías un problema me lo contabas.
Recuerdo aquella fiesta en la que me obligaste a bailar. Recuerdo que te dije que no sabía hacerlo pero... Sí que sabía. Lo gracioso, es que tú no sabías hacerlo. Sin en cambio, no querías bailar con nadie, más que conmigo.

Pero todo con el tiempo se acaba y en verdad, cada día y cada noche me pregunté: ¿qué es lo que hice mal? ¿qué me hizo falta darte?

Recuerdo el último día que hablamos como "Crush". Me insinuabas que te dijera "te amo" y yo quería hacerlo en persona pero tú... No me diste oportunidad.
Al día siguiente, aún recuerdo que fue un 11 de octubre. Estaba por el patio con mi mejor amiga cuando toda la escuela formó su bolita de chisme. Yo creí que era una pelea hasta que escuché: "Beso, beso". Ya era tarde, ya estaba de puntillas viendo todo.
Eras tú, declarándote a tu "mejor amiga".
¡Carajo! El alma se me rompió en mil pedazos. Aún recuerdo esa sensación. No era enojo, era una convinación de tristeza y decepción.
Jamás en mi vida, alguien me había decepcionado tanto como tú en ese día.

Me di la vuelta e intenté no llorar. Aguanté todo lo que restaba del día y al final, no pude más. La pregunta que me rompió fue la de mi mejor amiga: "Les, si te dolió, ¿verdad?". Joder, sólo la miré y noté que mi vista era borrosa. Me acerqué a su hombro y lloré.
Llegué a mi casa, entré en mi cuarto y también me solté en llanto.
Las lágrimas me quemaban. El corazón me dolía, sentía que estaba completamente en mil pedazos.

Ese día volviste a hablarme y no quise contestarte. No fuiste conforme y tuviste el maldito descaro de decir: "Tú eres fuera de mi relación. Yo no quiero dejar de hablarte".
¡Maldita sea! Te juro que si te hubiera tenido frente a mí, te abofeteo.
Caí como una tonta y te seguí hablando.

Pasaron los meses y terminaste con ella. Volviste a endulzarme las palabras y me hiciste terminar mi relación.
Eran los últimos días de escuela.
¿Recuerdas la fiesta en la que me hiciste bailar?
Pues ese día, me besaste y me dijiste que estabas arrepentido de tu relación y que hubieses querido intentarlo conmigo.
No sabía que hacer. Tú sólo echabas más sal a la herida.
El último día me dijiste: "No quiero que te olvides de mí". Me hiciste prometerlo y al final... Fuiste tú quien me dejó atrás.

Es increíble darte cuenta de como una simple solicitud de amistad te puede joder por completo.
Si pudiera regresar el tiempo, no te besaría esa primera vez detrás de la escuela, no te abrazaría ni bailaría contigo en aquella fiesta... No te hubiera aceptado la solicitud de amistad.

K.D.E.C