Practicar yoga o pilates tiene muchos beneficios que van más allá de la mejora física. Para mí, ambos ofrecen una manera maravillosa de conectar el cuerpo y la mente, ayudando a encontrar un equilibrio que muchas veces perdemos en medio del ajetreo diario.
Uno de los beneficios más notables es la mejora de la flexibilidad .
Además, tanto el yoga como el pilates son perfectos para fortalecer el core. A medida que fui incorporando estos ejercicios en mi rutina, noté cómo mi postura mejoraba y cómo mis abdominales y espalda baja se tonificaban, lo que, a su vez, ha tenido un impacto positivo en mi energía y en la forma en que me siento durante el día.
Otro aspecto que me encanta es cómo me ayudan a reducir el estrés. La combinación de respiración profunda y concentración que requiere el yoga o el pilates es algo que realmente me permite desconectar de las preocupaciones cotidianas. Es como un respiro mental, un espacio para poner todo en pausa y enfocarme en mi bienestar.
Y lo mejor de todo es que no se trata solo de lo físico, sino también de la paz mental que se puede lograr. Practicar yoga o pilates me ha enseñado a escuchar mi cuerpo, a aceptar mis limitaciones y a trabajar en mejorar cada día. No importa el nivel en el que te encuentres, lo importante es la consistencia y cómo te hace sentir al final de cada sesión.